Todo el mundo desea evitar el desperdicio de alimentos, especialmente en casa, pero el pan se sigue endureciendo, las fresas se enmohecen y las cebollas no dejan de brotar.

Por supuesto, puedes hervir, encurtir o secar verduras y frutas, pero a menudo no hay suficiente tiempo. Es por eso que hemos recopilado algunos trucos de cocina que ayudarán a que los alimentos se mantengan frescos por más tiempo.

1. Plátanos, truco infalible

Los plátanos a veces se vuelven marrones casi a cámara rápida. Un simple truco te ayudará a evitarlo: envuelva un pequeño trozo de papel de aluminio o película adhesiva alrededor del tallo y guarda los plátanos a temperatura ambiente.

Este truco prácticamente detiene el proceso de maduración y los plátanos se mantienen frescos por mucho más tiempo.

2. Zanahorias, rábanos, brócoli y apio

Hortalizas como las zanahorias, los rábanos, el brócoli o el apio se mantienen frescos por más tiempo si los mantienes en contacto con el agua. Sólo tienes que llenar un vaso o tazón con agua y colocar el lado cortado de las verduras en él.

En el caso de las zanahorias y los rábanos, primero se debe quitar la hoja verde.

3. Lechugas frescas mucho tiempo

La lechuga y otras verduras de hoja se mantienen frescas por más tiempo si envuelves el tallo con un paño empapado en agua. Retira algunas hojas exteriores, corta un poco de tallo y envuélvelo con el paño. Esto mantiene las hojas de lechuga frescas por más tiempo.

4. Bayas más resistentes

El verano es su temporada alta, pero desafortunadamente las bayas no duran mucho y pueden enmohecerse o ablandarse rápidamente.

Para evitarlo, toma un recipiente grande, llénalo con agua y agrega un chorrito de vinagre. Baña las bayas en él y luego deja que se sequen (puedes ayudar con papel de cocina).

Lo mejor es guardar las bayas en la nevera en un recipiente forrado con papel de cocina. El vinagre mata microorganismos y el papel evita el exceso de humedad.

5. Tomates fuera de la nevera

En primer lugar, los tomates no deben guardarse en la nevera. Si quitas el tallo y colocas el corazón hacia abajo, entrarán menos bacterias y los tomates durarán más.

6. Setas por más tiempo

Cualquiera que recolecte setas o las compre frescas en otoño debe sacarlas del envoltorio en casa y guardarlas en la nevera envueltas en papel de cocina. Esto evita la acumulación de humedad y, en consecuencia, el enmohecimiento.

7. Verduras más frescas en agua

Si al cocinar cortas demasiadas verduras, puedes llenar un frasco con agua, poner dentro las verduras, enroscar bien la tapa y guardarlas en el refrigerador.

Las verduras se mantienen frescas durante unos días más. Sin embargo, el agua debe cambiarse cada 48 horas. El truco funciona con tubérculos que se cortan en tallos o palitos, como los palitos de zanahoria.

8. Pan tierno durante días

El pan sabe mejor cuando está fresco. Si no quieres ir a la panadería todos los días, lo mejor es guardar el pan en una panera de barro.

La arcilla absorbe el exceso de humedad y la libera nuevamente cuando es necesaria. Idealmente, la olla debe estar lo más lejos posible de la calefacción y de la ventana. De esta manera el pan no se seca y no comienza a enmohecerse.

Alternativamente, si no tienes una panera de barro, el pan se mantiene tierno y fresco si lo envuelves en un paño de cocina limpio y dentro de una bolsa de papel.

Por cierto, cuanta más masa madre se use en el pan, más tiempo permanecerá fresco. Por supuesto, el pan de centeno y el pan integral de trigo se conservan más tiempo que los elaborados con harinas blancas.

9. Mermeladas a salvo del moho

Aunque la mermelada se guarde en el frigorífico, a las dos o tres semanas empieza a enmohecerse en la superficie. Esto generalmente se debe a que sacas la mermelada del frasco con un cuchillo que ha ido de ida y vuelta con el pan u otros alimentos.

Si usas una cucharadita limpia solo para la mermelada, el problema del moho se resolverá solo.

En mermeladas con un 60% o más de azúcar, se puede quitar la mancha de moho llevándose una buena cantidad de la mermelada que haya alrededor. El resto sigue siendo comestible. Limpia bien el borde y la tapa del frasco. Las mermeladas con menos azúcar o edulcorantes deben desecharse. Atención incluso si no tienes que tirar la mermelada, las esporas de moho pueden depositarse en la tapa o en el borde, así que limpia estas zonas bien.

10. Queso fresco durante más tiempo

Para mantener el queso fresco por más tiempo, envuélvalo en un paño empapado en agua con sal. Almacenado de esta manera en el refrigerador, el queso no se resecará.

Si conservas el queso en una bandeja con campana de cristal, agrega un par de terrones de azúcar. De esta manera el queso se mantiene fresco por más tiempo y tampoco se seca.

Ten en cuenta el etileno

Ciertas verduras y frutas producen etileno, un gas que acelera la maduración.

Son productores de etileno las manzanas, las ciruelas, los tomates, los plátanos, las peras, algunos melones, los melocotones, así como los albaricoques y los aguacates. Deben almacenarse separadas de otros alimentos sensibles al etileno.

Las patatas, las berenjenas, los pimientos, las zanahorias, la lechuga y las judías, por otro lado, son muy sensibles al etileno.

¿Y si la fruta todavía se arruga y las verduras se vuelven gomosas?

Si se han formado manchas marrones en las manzanas o si las ciruelas se han vuelto demasiado blandas, es mejor hacer puré, compota o mermelada con ellas.

Es rápido, apenas necesitas otros ingredientes aparte del azúcar, un poco de zumo de limón y canela, y además funciona con frutas muy blandas.

Además del encurtido, la fermentación también es un buen método para conservar verduras que hayas comprado. Necesitas un poco de paciencia, porque la fermentación lleva una buena semana. Sin embargo, el esfuerzo vale la pena, los vegetales fermentados son extremadamente saludables y fáciles de digerir. Si no tiempo tiempo, los chutneys o chips de verduras son una buena alternativa.

El pan también se puede procesar sin problemas si se ha vuelto duro o gomoso. Nuestras abuelas inventaron sus propias recetas para esto, como las albóndigas o las hamburguesas vegetales.