Las enfermedades cardiovasculares son la causa más común de muerte en todo el mundo: cada año causan casi 19 millones de fallecimientos y alrededor de 8 millones se atribuyen a la dieta.  Por eso nos interesa conocer mejor cuáles son los hábitos alimentarios que pueden estar favoreciendo las enfermedades del corazón y el sistema circulatorio.

Investigadores  del Instituto de Salud Global de Barcelona y del INRAE ​(Francia) examinaron los hábitos y las enfermedades de los 103.389 participantes adultos en la cohorte NutriNet-Santé y escubrieron que, para la salud del corazón y del sistema cardiovascular, es muy importante cuándo se producen las ingestas. 

por qué es bueno cenar temprano

Según el estudio, cenar tarde y saltarse el desayuno, algo que se ha vuelto cada vez más común, son comportamientos que se relacionan con un mayor riesgo cardiovascular.

La explicación es que existe un fuerte vínculo entre el ritmo circadiano (la alternancia del día y la noche), el metabolismo y la alimentación humana. La relación entre estos factores es el terreno de estudio de la crononutrición, la nutrición relacionada con el tiempo.

Las mujeres y los hombres tenían en promedio 42 años. Para garantizar un resultado claro, los investigadores tuvieron en cuenta por separado una variedad de posibles factores de influencia (edad exacta, sexo, situación familiar, etc.).

Durante el período del estudio, se documentaron más de 2.000 casos de enfermedades cardiovasculares entre los sujetos de prueba.

cada hora de más aumenta el riesgo un seis por  ciento

Al analizar los datos, los investigadores descubrieron que cuanto más tarde desayunaban los participantes, más aumentaba el riesgo de enfermedad cardiovascular: aproximadamente un 6% por hora.

Una persona que come su primera comida a las 9 de la mañana tiene un riesgo un seis por ciento mayor que una persona que come a las 8 de la mañana.

La cena tardía resultó ser aún peor. Los sujetos que tomaron su última comida del día después de las 9 de la noche tenían un 28% más de riesgo de sufrir un infarto cerebral, que aquellos que cenaron antes de las 8. La correlación fue mayor en las mujeres.

Cuantas más horas de ayuno nocturno, mejor

Los investigadores planean respaldar sus hallazgos preliminares con más investigaciones. Pero ya han proporcionado pruebas sólidas de que dejar un intervalo lo más largo posible entre la cena y la pimera comida del día siguiente podría ser beneficioso para la salud del corazón.

En concreto, cada hora de ayuno nocturno se asocia con una reducción del riesgo de enfermedad de alrededor del siete por ciento.

El ayuno nocturno prolongado es una de las formas  de ayuno intermitente, una práctica cada vez más popular. Para realizar este ayuno, muchas personas optan por no desayunar. Lo hacen con la confianza de que eso va a reducir sus niveles de glucosa en la sangre, que les va a ayudar a perder peso o que va a reducirse la inflamación en su organismo. Al margen de que todo esto suceda o no, lo cierto es que no desayunar puede afectar a los niveles de energía disponible en las primeras horas del día y puede dificultar la obtención de todos los nutrientes y micronutrientes que el cuerpo necesita.

Los hallazgos del estudio  no respaldan ni contradicen la idea de saltarse el desayuno. Según los resultados, el número de comidas no tiene una incidencia en la salud cardiovascular. Su conclusión más clara es que es beneficioso cenar temprano. 

Referencias científicas:

  • . A. Palomar-Cros, V. Andreeva, L. Fezeu (et. al.) Dietary circadian rhythms and cardiovascular disease risk in the prospective NutriNet-Santé cohort, Nature Communications.