Dos de cada diez personas sufren de dermatitis atópica y no toleran bien una gran cantidad de productos de higiene y cosmética convencional. Para el cuidado de la piel atópica se necesitan productos cosméticos naturales y ecológicos, que son mucho más respetuosos con la piel.

Cuidados de la piel atópica

La piel atópica se manifiesta en forma de brotes con síntomas como sequedad, picor y manchas rojas en las manos, los pies, los tobillos, las muñecas, el cuello, el pecho, los párpados, la parte interna de los codos o las rodillas. La piel puede engrosarse y pueden aparecer granitos, grietas y escamas.

Las personas con piel atópica suelen tener una predisposición genética y a menudo sufren otros problemas como alergia primaveral o a los ácaros, aunque si quieres profundizar sobre los síntomas y causas de la dermatitis atópica puedes leer sobre ello aquí.

La piel atópica necesita atenciones específicas a diario, sobre todo durante los brotes, con formulaciones para calmar las irritaciones, hidratar y aliviar la piel, regenerar la barrera cutánea y proteger la microbiota cutánea.

Para ello no sirven los productos de higiene y cosméticos convencionales, especialmente conviene evitar:

  • Los productos que contienen detergentes (como el lauril sulfato de sodio) que producen mucha espuma.
  • Tampoco son recomendables los productos con conservantes como parabenos, metilisotiazolinona e isotiazolinona o con perfumes sintéticos (que en los ingredientes aparecen como parfum o fragance).

En cambio, son preferibles los productos con pocos componentes, naturales y puros.

Qué se puede poner sobre la piel

Algunos ingredientes naturales que se utilizan frecuentemente en los productos indicados para las pieles atópicas son los siguientes:

  • Avena coloidal, por sus efectos calmantes y antiinflamatorios. Se puede encontrar en crema y en polvos para darte un baño terapéutico de avena.
  • Mantequilla de karité, aceites de almendra, coco y onagra, entre otros, pues desinflaman y ablandan la piel. No hidratan directamente, pero favorecen que la piel conserve su humedad natural y ayudan a evitar que se reseque.
  • Aloe vera o crema de caléndula, para hidratar y regenerar la piel. Se recomienda hidratar bien la piel, sobre todo en las zonas donde acostumbran a salir eccemas, dos veces al día.
  • Otras plantas indicadas son la barrilla o hierba de la plata, la genciana amarilla, la achicoria y los extractos de limón y membrillo.

Es importante cuidar la piel en la fase asintomática para prevenir la aparición de brotes o reducir la intensidad de los síntomas.

No es recomendable maquillarse ni ponerse cremas solares, si no es absolutamente necesario, para permitir que la piel respire.

Qué hacer en caso de brote

Si pese a todos los cuidados aparece un eccema, hay que evitar rascarse, aplicar generosamente una crema hidratante y cubrir la zona con una compresa empapada en agua fresca. Aquí tienes algunos consejos más sobre cómo tratar el eccema de forma natural.