En 1994 se reveló que la Helicobacter pylori (HP) era la causa de las úlceras de estómago. Pero cada vez más elementos tienden a demostrar que la responsabilidad de la HP en la enfermedad no es tan evidente.

Así, esta bacteria es mucho más frecuente de lo que se pensaba, puesto que se encuentra en el estómago de una persona de cada dos, cifra mucho más elevada que la tasa de úlceras.

Esta paradoja es aún más marcada en los países en vías de desarrollo, donde las úlceras son menos frecuentes y la presencia de HP, en cambio, más elevada (alcanza a veces el 90% de la población).

Es decir, en el tratamiento de la úlcera solo con antibióticos puede haber dudas y contraindicaciones.

También se ha discutido sobre la dieta: tiempo atrás se recomendaban dietas con carnes y leche, que hoy se sabe que resultan contraproducentes.

Una propuesta razonable es cuidar la alimentación y recurrir a alimentos y plantas que inhiben la HP sin perjudicar al estómago. Otra acción es usar protectores gástricos, como el omeprazol.

Además:

  • Si es posible, calentar un poco toda la comida, a baja temperatura.
  • Es preferible suprimir las verduras o ensaladas crudas, de digestión más larga.
  • Hay que procurar masticar y ensalivar muy bien la comida.
  • Prescindir del tabaco (recidivan muchas más úlceras en fumadores) y las bebidas alcohólicas.
  • Evitar el ácido acetilsalicílico y antiinflamatorios no esteroideos.
  • Como cicatrizante y antiinflamatorio, tomar jugo de patata cruda y de col (un litro al día, recién hecho), en varias tomas al día. Estimula la secreción de mucina.
  • Reposar diez minutos tras las comidas, tumbado del lado izquierdo.
  • Masticar regaliz (Glycyrrhiza glabra). Aumenta la acción de las células que segregan moco y mejora la microcirculación intestinal.
  • Tomar una infusión de manzanilla y azahar, tumbarse de un lado e ir rotando el cuerpo para que la infusión bañe todo el estómago.
  • Tomar algas mucilaginosas (como el agar-agar), ya que protegen la mucosa.
  • Tomar sopas de ajo y tomillo, o infusiones. Sobre todo en pacientes diagnosticados de HP, ya que se ha comprobado la sensibilidad de esta bacteria al ajo y el tomillo.
  • Practicar la relajación.