El deseo de rejuvenecer es uno de los sueños ancestrales del ser humano. Desde el momento en que se hace consciente de los efectos que el paso del tiempo tiene en su cuerpo, comienza una búsqueda a través de sustancias, alimentos y técnicas para intentar desvelar los secretos que envuelven el misterio de la eterna juventud.

Con relación a esa larga historia donde se entretejen mitos y leyendas muy populares, cabe decir que vivimos en una época en la que ese deseo atávico ha comenzado a encontrar algunas respuestas accesibles, sin que sea necesario entregarse a los hechizos de la maga Medea, ingerir extrañas pócimas, ni mucho menos vender al alma.

7 técnicas que practican las personas que viven muchos años

Para aumentar las posibilidades de mantener o recuperar el espíritu y la vitalidad lo primero es comprender que la edad cronológica no está relacionada directamente con la edad biológica.

La primera es la que se cuenta desde el nacimiento, mientras que la segunda es la que sentimos física y emocionalmente, de la cual depende la forma de vivir la edad cronológica.

Esta aclaración permite definir los campos de acción que hacen factible el proceso de rejuvenecimiento, ya que, aunque no podremos retroceder en la edad cronológica, sí podemos actuar sobre la biológica a través del cuerpo físico, mental y energético, equilibrando por ejemplo los siguientes indicadores: presión sanguínea, temperatura, metabolismo de las grasas, estructura ósea, sistema inmunitario, niveles hormonales, glicemia, condiciones dérmicas, respuestas neurológicas, capacidades sensoriales...

Otro aspecto importante son los tres factores directamente relacionados con la longevidad: el factor genético, los adelantos médicos y los hábitos de vida.

De estos tres, los hábitos representan más de un 50% de la posibilidad de reducir la edad biológica, favoreciendo el rejuvenecimiento e incrementando la longevidad de una manera natural.

Este alto porcentaje indica que, si se desea vivir plenamente, disfrutando de un cuerpo saludable y una apariencia física más joven hasta una edad avanzada, hay que dedicar una mayor atención a mejorar los hábitos y practicar alguno de los múltiples disciplinas naturales, que refuerzan las capacidades regenerativas y contribuyen al equilibrio holístico del cuerpo, liberándolo de lastres físicos y emocionales.

1. Mejorar la respiración

Cuando respiramos conscientemente tenemos la capacidad de activar el sistema natural de relajación que posee nuestro organismo, estimulando una de las ramificaciones del sistema nervioso autónomo, llamado parasimpático, que libera la acetilcolina, vinculada con los estados de calma y relajación profunda, reduciendo de ese modo los niveles de estrés y permitiéndonos vivir con mayor plenitud.

Los ejercicios de respiración de la medicina ayurvédica, se denominan pranayama, que significa: hálito vital (prana), expansión (ayama).

En el pranayama, se considera que la respiración es el vínculo más importante entre el cuerpo físico, el mental y el energético.

Estos ejercicios de respiración consciente representan una forma de relajación y autocontrol físico y emocional que permite limpiar y fortalecer el cuerpo, contribuyendo a restaurar su equilibrio armónico.

Según el Ayurveda, la respiración natural fluye predominantemente por la fosa nasal izquierda, a través de ida (uno de los dos principales nadis o canales energéticos) y una mínima parte corresponde a la fosa nasal derecha, del nadi pingala.

Sin embargo, en muchas personas este ritmo natural está alterado.

Con el principal ejercicio del pranayama, conocido como anuloma viloma (sol y luna), se equilibra la circulación de energía, fortaleciendo el sistema respiratorio y aquietando la mente y el espíritu.

En este ejercicio hay que poner una atención especial en la retención del aliento.

Las proporciones que se recomiendan son: dos segundos para la inhalación, ocho para retener el aire y cuatro para la espiración. Pueden aumentarse o disminuirse proporcionalmente (1-4-2, 3-12-6, 4-16-8 ... ). Se cuenta mentalmente para controlarlo.

Éstos son los seis pasos del anuloma viloma:

  1. Cierra la fosa nasal derecha con un dedo e inspira por la fosa nasal izquierda.
  2. Retén el aliento unos cuatro segundos.
  3. Cierra la fosa nasal izquierda y abre la fosa nasal derecha para espirar por ésta.
  4. Inmediatamente, manteniendo cerrada la fosa nasal izquierda, inspira por la fosa nasal derecha.
  5. Retén la respiración aproximadamente cuatro segundos.
  6. Cierra la fosa nasal derecha y abre la fosa nasal izquierda para espirar por ella.

2. cultivar la Energía con chikung

El chikung es una técnica que permite trabajar con nuestra propia energía.

Esta forma de ejercicios suaves, con un mínimo de movimientos corporales, estimula la energía interna y beneficia las funciones de todos los órganos.

Su práctica regular aumenta la serenidad y la capacidad de rendimiento, favoreciendo la eliminación de la tensión psico-física.

Colócate de pie, con las piernas separadas un poco más que la anchura de los hombros, con las rodillas ligeramente flexionadas, manteniendo los pies paralelos entre sí y firmemente apoyados en el suelo.

Lleva las manos por delante del pecho con los dedos dirigidos hacia dentro. Mantén la espalda erguida y los hombros relajados. Baja la cadera y adelanta la pelvis sin generar tensión.

Imagínate que te encuentras sujetando un globo entre tus manos y el pecho, y permanece en esta posición de 5 a 10 minutos.

Relaja los hombros y el cuello, fijando la mirada en las manos. Intenta alargar el tiempo respirando hondo y expansivamente.

Reconoce los puntos de tensión y al exhalar visualiza cómo se disuelven.

3. Estirar el cuerpo

Los estiramientos favorecen la oxigenacion de los músculos, permitiendo mantener la elasticidad del cuerpo, que suele disminuir con el paso de los años.

Además, los estiramientos permiten liberar la tensión acumulada tanto a nivel físico como mental, aportando flexibilidad física y psíquica.

A continuación te ofrecemos dos ejercicios que involucran toda la cadena muscular de la parte posterior y anterior del cuerpo, activando a su vez la energía de renovación de todo el organismo. Conviene practicarlos a diario.

  1. Sitúate de pie, con las piernas separadas y las rodillas ligeramente dobladas. Siente los pies firmemente apoyados en el suelo. Dobla el cuerpo hacia delante hasta que los dedos toquen el suelo, suelta los hombros y los brazos, afloja la cabeza y deja la boca entreabierta inspira por la nariz y al soltar el aire hazlo por ésta y por la boca simultáneamente. Realiza de seis a diez respiraciones completas.
  2. Mantén la misma posición de las piernas que en el ejercicio anterior. Coloca los brazos completamente estirados por encillla de la cabeza. Lleva el torso lentamente hacia atrás, todo lo que puedas, de modo que quedes mirando hacia arriba con el cuerpo arqueado. Inspira lentamente y al soltar el aire hazlo por la nariz y por la boca. Manteniendo la posición, realiza de seis a diez respiraciones completas. Seguidamente recupera la posición inicial poco a poco y progresivamente.

4. Meditar

La meditación es uno de los métodos más eficaces y universales para conservarse joven y con vitalidad.

Muchas culturas la utilizan para conectar con la fuerza interior que todo individuo posee e impulsar los procesos naturales de curación y autorrealización.

Para practicarla sólo se necesitan de 10 a 20 minutos diarios, mejor en las primeras horas de la mañana o antes de acostarse.

Comienza sentándote en una posición cómoda. Es importante mantener la espalda erguida y los hombros relajados.

Coloca las manos en los muslos con las palmas hacia arriba o plegadas una encima de la otra por debajo del ombligo.

Dirige tu atención a la postura y a la respiración, inspirando y espirando con profundidad y suavidad.

No intentes atrapar los pensamientos ni rechazarlos, déjalos que vayan y vengan como las olas. Retoma la atención en la respiración y observa cómo se desvanecen para dar paso a la calma.

Todo fluye y el presente se manifiesta como una totalidad a la cual pertenecemos. 

5. practicar la Visualización positiva

Se ha comprobado científicamente que la visualización reduce el estrés y permite recuperar el contacto con nuestra fuente energética, ademas se puede practicar en cualquier momento.

Busca un lugar tranquilo para sentarte o tenderte cómodamente.

Respira profunda y expansivamente dejando salir la tensión al soltar el aire hasta alcanzar un estado en el que prevalecen los sentimientos positivos.

Comienza a visualizar con cada inspiración una luz que se aproxima y entra en tu cuerpo para renovar toda la energía interior con una actitud de apertura a la fuerza vital del universo.

Siente cómo esta luz nutre tu cuerpo y visualízalo impregnado con su intensidad.

Mantenla dentro de ti conscientemente y permite que se proyecte hacia todo lo que te rodea.

6. Soltarse con el baile

La danza es una manera de desconectarse de los pensamientos y conectarse con la expresión de la alegría y del ritmo corporal.

Cuando bailamos nos permitimos mover todo el cuerpo, generando de manera natural un proceso de liberación orgánica que responde positivamente a nuestra necesidad innata de renovación.

Para que estos beneficios se produzcan es importante disfrutar de bailar, sin que esto suponga un reto o una demostración de técnicas o habilidades.

Selecciona una música que te inspire el movimiento y síguela intuitivamente con espontaneidad, disfrutando de lo que emerge libremente de tu cuerpo.

Al bailar intenta involucrar todas las articulaciones y músculos para que se expresen. Disfruta de esta entrega en que la música te lleva al encuentro de tu ritmo interior.

7. darse Duchas revitalizantes

El poder del agua está vinculado a la vitalidad de la naturaleza y a los fluidos internos del organismo.

El agua mejora la circulación, nutre los tejidos, tonifica y fortalece los órganos internos y proporciona una sensación placentera y liberadora.

Para reducir la fatiga física y calmar el sistema nervioso, dúchate dejando caer el agua caliente en los hombros y la espalda entre 3 y 5 minutos. Cambia progresivamente al agua fría para permanecer bajo ella de 10 a 20 segundos.