¿Quién no recuerda los fascinantes ojos violeta de la actriz Elizabeth Taylor? Hay quien piensa que se deben al síndrome de Alejandría, una mutación genética que ocurriría casi siempre en mujeres y les daría una salud de hierro y una apariencia extremadamente bella en la que destacarían unos preciosos ojos violeta, pero ¿qué hay de cierto sobre el síndrome de Alejandría?

¿Qué es el síndrome de Alejandría?

El síndrome de Alejandría (también llamado génesis de Alejandría) se remonta al antiguo Egipto, donde se decía que había mujeres de excepcional belleza con ojos de un color violeta oscuro.

Según se cuenta, mucho más adelante, ya en el siglo XIV, una chica londinense nacida alrededor del año 1329 llamada Alexandria Augustine llamó la atención de los médicos y curanderos de la época porque sus ojos, que al momento de nacer eran azules, fueron oscureciéndose en años posteriores hasta alcanzar un intenso tono violeta. Aunque en un primer momento este cambio en el color de los ojos incluso se llegó a asociar con la brujería, luego se atribuyó a la misma mutación genética de los supuestos casos anteriores ocurridos en Egipto.  

Con el paso del tiempo, a los ojos violetas se sumaron otras características fantásticas y, desde el año 2000, internet ha amplificado increíblemente esta leyenda, que para muchas personas es real. Solo hay que entrar en Tik Tok y poner en el buscador "Síndrome de Alejandría" para ver la multitud de vídeos al respecto.

¿Qué síntomas tiene el síndrome de Alejandría?

De acuerdo con la creencia popular, el síndrome de Alejandría ocurriría casi exclusivamente en mujeres y, además de otorgarles unos preciosos ojos morados (que podrían ser de nacimiento o aparecer en años posteriores), llevaría asociados otros síntomas que les darían una apariencia casi élfica:

  • Piel muy blanca, que aun así no sufre quemaduras solares.
  • Aspecto joven.
  • Figura delgada, atlética y proporcionada.
  • Ausencia de bello corporal.
  • Un sistema inmunológico muy fuerte.
  • Una longevidad excepcional (hasta los 120 o 150 años).
  • Cabello negro u oscuro.
  • Ausencia de la menstruación (aunque esto no les impide procrear).

Síndrome de Alexandría: ¿realidad o mito?

Resulta evidente que muchos de estos síntomas son biológicamente imposibles, como vivir hasta los 150 años (no hay ningún caso documentado por el momento), tener una piel con ausencia de melanina que no se queme con la radiación solar o quedarse embarazada sin tener la menstruación.

Aunque para muchos resulte fascinante, el síndrome de Alejandría es una invención y no hay ninguna evidencia científica que respalde su existencia.

¿Hay personas con los ojos violeta?

De lo que sí parece haber casos es de personas con ojos violetas, como Elizabeth Taylor. Sin embargo, esto no sería debido a la magia, sino a una combinación de la iluminación, el contraste con el entorno y el pigmento o melanina en el iris (el anillo de color que rodea la pupila y controla la cantidad de luz que entra al ojo).

Los colores de ojos más habituales son el marrón, el azul, el verde o el avellana (con sus múltiples tonalidades e intensidades). El color de los ojos está determinado por la cantidad y el tipo de pigmentos en la parte frontal del iris (eumelanina, que produce un el color marrón chocolate, y feomelanina, que produce una gama de colores ámbar, verde o avellana) y por las variaciones en los genes responsables de producir estos pigmentos.

Cuanta más melanina hay en el iris, más oscuros serán los ojos. Las personas con los ojos azules, por el contrario, tienen poca melanina en el iris, lo que significa que se refleja más luz y el ojo parece más pálido.

El violeta no es un color que ocurra de forma natural en los ojos, pero en algunos casos, las personas con ojos azules puede parecer que los tienen violeta en función de la iluminación, la cantidad de pigmento o el contraste con los colores de alrededor (la ropa, los accesorios, el maquillaje de ojos…). Esto sería lo que ocurría con Elizabeth Taylor, que en realidad tenía los ojos azules.

Por otro lado, en las personas con albinismo, una enfermedad genética que hace que casi no tengan melanina en el cuerpo (incluidos los ojos), el iris puede ser azul o, en algunos casos, rojo (porque se ven los vasos sanguíneos) o violetas (por un efecto de dispersión de la luz).