Un estudio dirigido por investigadores de la Virginia Commonwealth University (EEUU) ha probado que los trastornos del sueñoaumentan el riesgo de accidente cerebrovascular hasta en un 50%, dependiendo de la cantidad e intensidad de los síntomas. Este riesgo afecta especialmente a las personas menores de 50 años.

¿Cómo se realizó el estudio?

Para investigar la conexión entre los trastornos del sueño y el riesgo de accidente cerebrovascular, los científicos utilizaron el denominado "Estudio de salud y jubilación", con datos de más de 30.000 personas.

La edad media de los sujetos que no habían sufrido un ictus al inicio del estudio era de 61 años y el seguimiento medio de su historial de salud fue de nueve años. 2.101 de las personas examinadas sufrieron un ictus durante el periodo de estudio. 

Usando un cuestionario, los científicos determinaron el tipo y la frecuencia de los problemas de sueño y cuántos síntomas diferentes se dieron. Los participantes respondieron periódicamente a las siguientes preguntas, entre otras: 

  • ¿Tiene problemas para conciliar el sueño?
  • ¿Se despierta frecuentemente?
  • ¿Tiene problemas para volver a dormir después de despertar?
  • ¿Se despierta antes de tiempo por la mañana? 
  • ¿Se siente descansando por la mañana?

Los encuestados podían elegir entre las opciones de respuesta “la mayoría de las veces”, “a veces” y “pocas veces o nunca”. También clasificaron sus síntomas en una escala de 0 a 8, donde los números más altos indican peores síntomas.

Luego, los investigadores utilizaron diferentes modelos estadísticos y métodos de análisis para relacionar los trastornos del sueño registrados con los accidentes cerebrovasculares sufridos por los sujetos de prueba.

Cuanto peor es el descanso,  mayor es el riesgo de infarto cerebral

Con el fin de descartar otras influencias en el riesgo de accidente cerebrovascular, los científicos ajustaron los datos de su análisis a factores como el consumo de alcohol, el tabaquismo y el nivel de actividad física.

Lo que quedó fue el hallazgo de que los sujetos que tenían de uno a cuatro síntomas de un trastorno del sueño tenían un 16% más de riesgo de accidente cerebrovascular en comparación con las personas con un sueño saludable.

De las 19.149 personas que indicaron de uno a cuatro síntomas en la encuesta, 1.300 sufrieron un accidente cerebrovascular durante el período de estudio. En cambio, de las 6.282 personas sin síntomas, solo 365 sufrieron un ictus.

Se observó un aumento dramático en el riesgo de accidente cerebrovascular en personas que tenían más de cuatro síntomas de alteración del sueño.

Las personas con cinco a ocho síntomas tenían un 51% más de riesgo de accidente cerebrovascular en comparación con las que habían dormido bien por la noche. De las 5.695 personas con cinco a ocho síntomas, 436 sufrieron un derrame cerebral.

Las personas menores de 50 años sufren más riesgo

Sin embargo, la investigación también proporcionó otro hallazgo notable: las personas más jóvenes con trastornos del sueño parecen tener más riesgo que las personas mayores, pues la asociación entre los síntomas del insomnio y de accidente cerebrovascular fue más fuerte en los participantes menores de 50 años:

  • Las personas menores de 50 años con cinco a ocho síntomas tenían casi cuatro veces más probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular que las personas sin síntomas
  • Las personas de 50 años o más con el mismo número de síntomas tenían el doble de probabilidades de sufrir un derrame cerebral que las personas sin síntomas.

Según los investigadores, una explicación de los diferentes resultados en personas menores y mayores de 50 años podría ser que en las personas mayores hay otras alteraciones, como la diabetes y la hipertensión, qque tienen una influencia mayor sobre la salud cardiovascular. En cambio, en personas más jóvenes, no preexistentes, los trastornos del sueño son un factor de riesgo proporcionalmente más importante.

"Esta sorprendente diferencia sugiere que tratar los síntomas del insomnio a una edad más temprana podría ser una estrategia eficaz en la prevención del accidente cerebrovascular", dijo uno de los principales autores del estudio, Wendemi Sawadogo, de la Virginia Commonwealth University en Richmond y miembro de la Academia Estadounidense de Neurología.

"La investigación futura debería examinar la reducción del riesgo de accidente cerebrovascular mediante el tratamiento de los problemas del sueño".

Principales conclusiones del estudio

Las consecuencias de dormir mal van mucho más allá que sentir cansancio o tener problemas para concentrarse a lo largo del día siguiente. Si no se tratan, los trastornos del sueño no solo pueden reducir inmediatamente la calidad de vida, sino también producir graves consecuencias para la salud a largo plazo.

El estudio actual sugiere que si deseas protegerte de un accidente cerebrovascular, es necesario realizar un tratamiento para resolver los trastornos del sueño. 

Referencias científicas: