Perfumo la consulta con incienso, preparo las cabinas, pongo música relajante, la luz penetra por las ventanas como una bendición divina, es un hermoso día. Abro la puerta tras el zumbido del timbre y ahí está, la persona que llega a la consulta.

Tras el saludo la hago pasar y me dice: "¡Qué bien huele!". "Es el incienso", le contesto mientras nos acomodamos. Tomo nota de sus datos personales y le pregunto: "Bueno, ¿cuál es el motivo de la visita?".

Y me dice: "Queremos tener hijos pero llevamos dos años sin conseguirlo. Ya hemos hecho todas las pruebas y estamos los dos muy bien y sin ningún problema aparente. Mi ginecólogo me sugiere el tratamiento in vitro, pero antes hemos querido buscar otras ayudas más naturales".

Es estremecedor ver la cantidad de parejas jóvenes y sanas que tienen dificultad para ser padres. Y es significativo que las que acuden a la consulta de medicina tradicional china buscando ayuda para encontrar una solución casi siempre son mujeres...

Cómo viven la infertilidad hombres y mujeres

Cuando pregunto: "¿De verdad quieres ser madre? ¿Por qué?", muchas mujeres rompen a llorar.

Sé que no es normal preguntarle a una mujer si quiere ser madre. Damos por hecho que las mujeres han nacido para ser madres. Pero no es así: precisamente en nuestra sociedad nada es como era.

La mujer ya no es siempre el cimiento de la familia ni la que procura su armonía. Muchas mujeres se han convertido en luchadoras y cazadoras, igual que muchos hombres, y van perdiendo u olvidando la ternura y la autenticidad. En resumen, cada vez más mujeres apartan la feminidad a un lado.

Por otra parte, los hombres han evolucionado de manera inversa: cada vez más coquetos y preocupados por su imagen. Los que antes eran guerreros o cazadores ahora se pasan el día sentados en una oficina o al volante. Los tiempos han cambiado y mucho.

Para muchas mujeres, sin embargo, no poder ser madre es un fracaso. Ahora que la mujer es capaz de conseguir casi todo lo que se propone (educación, trabajo, consideración social, independencia económica...), no poder engendrar un hijo y dar continuidad a la saga familiar es algo que le pesa y también un lastre cultural.

En cambio los hombres normalmente se mantienen al margen, con mucha dignidad pero al margen, como si el juego no fuera del todo con ellos.

El origen de la infertilidad según la medicina china

Procrear es el mayor milagro de la vida. Es la perfecta y armoniosa unión de cielo y tierra, hombre y mujer, yin y yang. Esta unión entre el hombre y la mujer no es solo un acoplamiento físico sino la unión de las dos partes de un todo , lo que incluye también a las respectivas familias.

En China a la unión matrimonial se la denomina comúnmente "la unión del cielo", en el sentido de que es un acontecimiento bendecido y aprobado por el cielo.

Ser padres implica perpetuar la memoria humana, la tradición y la esperanza, y también, ¿por qué no?, cierto egoísmo de dejar una huella en el mundo.

El hombre es el que siembra la semilla y la mujer es la tierra donde esta germina, se transforma, crece, se fortalece, y de la que nace el fruto del milagro. Dependiendo de cómo se encuentre, la cosecha será próspera o no.

Es la naturaleza sabia quien marca la pauta y es esencial la calidad de la tierra: si es demasiado seca no podrá alimentar a la semilla, si está encharcada la ahogará, si está muy fría la congelará...

En los casos de infertilidad que he tenido en mi consulta en general suelen ser las mujeres las que tienen dificultades para concebir. El útero es una cuna donde el bebé se va a alojar durante nueve meses. Si la cuna no es cómoda, no se quedará.

Exceso de preocupaciones: bloqueo del hígado

Para que el útero esté en buenas condiciones se necesita un bazo sano, que genere bien la sangre y el chi (energía) y que los distribuya con fluidez.

Las preocupaciones y el exceso de humedad debilitan el bazo, y la humedad se convierte en una sustancia viscosa difícil de eliminar; se estanca, obstruye los meridianos y obstaculiza el camino a los espermatozoides.

También un hígado sano es crucial, ya que es el órgano que mantiene los meridianos libres de paso. El hígado es muy sensible a las perturbaciones emocionales, especialmente el enfado y la ira. Correctamente "procesadas", esas perturbaciones solo son un mal pasajero, pero si nos las tragamos sin asimilarlas bloqueamos el hígado temporalmente.

El cuerpo va registrando, como un goteo, esa sucesión de pequeños disgustos mal digeridos, lo que afecta cada vez más seriamente al hígado.

¿Amor por obligación? Recuperar las relaciones gozosas

-Estoy preocupada y molesta por no poder concebir; todas mis amigas tienen hijos o están embarazadas, yo parezco un bicho raro. La gente me pregunta y eso me mata. Cada vez que me viene la regla, me derrumbo.

-¿Cómo te viene la regla?

-Muy dolorosa, unos días antes tengo un cambio de humor tremendo, se me hincha bastante el pecho y la barriga, duermo mal me convierto en una persona irascible e insoportable por cualquier cosa.

Frecuentemente la familia y las amistades, aunque con buenas intenciones, ejercen una presión molesta. Los disgustos y las preocupaciones bloquean el flujo de chi y sangre, y este bloqueo suele ser la causa de una menstruación dolorosa y del desequilibrio en la nutrición del útero.

-¿Qué tal la relación íntima con tu marido? ¿Con qué frecuencia la tenéis?

-Bueno, procuro controlar mi ovulación, intentamos tener la relación coincidiendo con ese momento, los otros días también lo hacemos pero vamos tan cansados los dos por el trabajo...

-¿Pero gozáis de la relación?

-A veces sí y muchas veces no; a él cada vez le gusta menos hacerlo solo porque toca.

Para los hombres, por su parte, la imposibilidad de embarazar a su pareja puede ser muy frustrante, y aunque ellos no parecen percibirlo lo cierto es que el cuerpo sí que lo siente, y reacciona.

Hacer el amor representa la máxima expresión de la unión de dos personas, pero convertido en una obligación pierde toda su esencia.

También hay casos en que el inconsciente desempeña un papel importante. Es algo muy sutil, pero ciertamente hay mujeres que en el fondo no quieren ser madres, así como hay hombres que no desean ser padres.

Hay tantas razones como personas en el mundo pero, sea cual sea la causa, el deseo y la intención casi siempre vencen todas las dificultades. Por eso les digo:

"Deberíais regresar al amor para poder fundiros en un solo cuerpo, amaros y respetaros y, sobre todo, compartir lo bueno y lo malo. Hacer el amor debe ser un placer y no una obligación, la obligación acaba con la pasión.

La acupuntura puede regular el desequilibrio energético del cuerpo, pero su eficacia no alcanza a todo lo que os rodea. Sois vosotros quienes deberíais enfrentaros a la situación y tratar de encontrar lo solución formando un equipo, codo con codo, con mucha comprensión y ternura".

Cuando las mentes se serenan se fluye como el agua y, de este modo, hacer el amor ya no es un trabajo ni tampoco una cita obligada el día de la ovulación sino un placer, el placer de estar con la persona que se ama y con la que se comparte la energía divina.

Un juego de opuestos: chi y xue

Interactuamos muy estrechamente con el entorno, y el clima nos condiciona tanto a nivel energético como en el plano físico. La interacción entre el exterior y el interior convierte en más vulnerables a ciertos órganos según la estación del año.

Las emociones son expresiones sutiles de la energía del órgano que las rige. Cuando el corazón se debilita la persona pierde alegría, el bazo es como una madre que se preocupa por todo y las preocupaciones le perjudican, la melancolía y la tristeza consumen el chi de pulmón, el miedo acobarda al riñón y la ira bloquea y consume el hígado.

El chi es el motor que empuja a la sangre y la sangre el vehículo que transporta el chi. Son dos fuerzas en perfecto equilibrio: la sangre nutre, acomoda y enfría el chi, y el chi, activa, calienta y vigoriza la sangre.

La mujer es sangre (xue) y su esencia es fluir como el agua. El hombre es el fuego (chi) que calienta y moviliza. Sin embargo, tanto xue como chi contienen también su energía opuesta, como manifiesta a la perfección el símbolo del yin y el yang; la eterna persecución y acoplamiento.

Los hombres tienden más a padecer insuficiencia de chi, y las mujeres de xue, pero existen muchas razones que llevan al cuerpo a un estado de desequilibrio. Cuando una persona se siente cómoda en su cuerpo es más fácil que disfrute de bienestar mental.

En los hombres la acupuntura busca más fomentar y hacer fluir el chi-especialmente de riñón-, reducir el estrés y relajar las tensiones. La falta de chi produce carencia de motor, impulso, calentamiento y acción. La falta de chi no proviene solo del riñón: la tensión y el estrés pueden causar el bloqueo del hígado.

El meridiano del hígado es el único que bordea la zona genitourinaria y es el hígado el que controla la calidad y la cantidad de espermatozoides y la apertura y el cierre de su camino.

Un hombre aparentemente sano, fuerte y deportista puede tener pocos espermatozoides, y estos escasa movilidad. Los hombres son representados por el chi, por tanto sufren más su falta o su estancamiento.

Como en las mujeres, el bazo es importante en los hombres porque controla y nutre los músculos y de él dependen la nutrición del riñón y la calidad de la sangre. La concepción es la conexión esencial del chi originario, el chi de riñón.

Ser padre implica una relación de pareja sin miedos ni rencores, que requiere complicidad con la mujer.

En las mujeres suelo empezar con un tratamiento de acupuntura para regular la menstruación, calmar la angustia y suavizar la ansiedad. Además, trato de corregir sus hábitos alimentarios, algo muy necesario hoy en día.

Por otra parte, no me canso de repetir lo perjudicial que es para una mujer sentarse encima de una piedra fría o andar en otoño o invierno con los riñones y la barriga al aire. Interiorizar el frío es fatal para el sistema reproductor de la mujer.

Fitoterapia china para la fertilidad: una farmacia en la despensa

La fitoterapia china es una ciencia que trata de producir efectos en función de cada causa.

No todas las plantas yang sirven para los hombres ni tampoco todas las yin son de uso exclusivo para las mujeres. Hay que saber combinarlas para conseguir un equilibrio entre ambas.

Plantas para recuperar la energía sexual masculina

En China es muy común el uso de plantas medicinales y aún lo es más su integración en la dieta. Pero para utilizar vigorizantes, no solo sexuales sino también vitales, hay que tener un claro diagnóstico de cada persona, porque el ginseng, por ejemplo, comúnmente considerado afrodisiaco, no lo será para los hombres con tensión arterial alta o diabéticos.

Antiguamente se utilizaba solo en caso de emergencia vital, porque no existía cultivado y los buscadores de ginseng silvestre eran como buscadores de oro: llegaban a matar para conseguirlo.

El ginseng crecía en alta montaña, en zonas de bosques espesos y remotos. Era un bien escaso y se solía recoger cuando tenía una edad avanzada, pues a más años, mayor efecto terapéutico. Hoy se cultiva a escala industrial, se recolecta entre los cuatro y seis años y su potencia no es comparable con la de antaño.

En general, las plantas de naturaleza caliente y picante son vigorizantes porque calientan y activan el chi (aunque no son buenas en demasía): el jengibre, la cebolla, la canela, la guindilla e incluso el regaliz son elementos activadores de la energía.

Plantas para favorecer la fertilidad de la mujer

Los tónicos de la sangre son los mejores vigorizantes sexuales para la mujer, ya que con abundancia de sangre las mujeres funcionamos mejor.

La canela es un buen tónico y también la dong quai (Angelica sinensis), una raíz que actúa sobre la sangre tonificando el bazo, el hígado y el corazón.