Vivimos en una sociedad en la que el tiempo no es recuerdo, ni huella, ni mucho menos se saborea, sino que es velocidad, internet, agenda y teléfono... Corremos detrás del reloj con la lengua fuera y las uñas afiladas, disponemos de infinita información, imágenes, sonidos y movimientos... Y así, dejamos de llevar el timón, olvidamos sentir los latidos del corazón, no escuchamos el gemido de la soledad por falta de comprensión, ignoramos la tristeza de las miradas perdidas y secas...

Nos rodea la tecnología punta, la ciencia más exacta y medimos las cosas sin un milímetro de error. Gozamos de una enorme lista de comodidades, estudios, inventos y avances, somos capaces de cambiar el curso de un río, crear nieve artificial y depurar el aire. Sin embargo, los seres humanos siguen enfermando, debilitándose. Se angustian y se quejan cada vez más de dolor y desánimo.

Medicina tradicional china: el arte de buscar el equilibrio 

En la antigua China se decía que el mal es causado por el desequilibrio natural del yin y del yang. El equilibrio grande, el del Universo, y el pequeño, el del cuerpo humano, conviven entre sí en armonía.

La Medicina Tradicional China (MTC) tal vez no ha demostrado científicamente todas sus teorías, pero ha perdurado y se ha renovado a lo largo de miles y miles de años. Hoy sigue su camino sin hacer demasiado ruido, marcando y dejando su huella al curar con naturalidad, aunque cada vez más estudios se fijan en sus aplicaciones y aportan nuevas evidencias sobre su eficacia.

A lo largo de su desarrollo, la medicina china ha estado muy influenciada por la filosofía taoísta basada en la observación de la naturaleza, tanto en la teoría del Yin y el Yang como en la teoría de Los Cinco Elementos.

Su aplicación sobre el cuerpo se ha sido perfeccionando a lo largo de muchos años de observación, práctica y estudio. La conclusión es que el buen funcionamiento del cuerpo y la longevidad requieren mantener el equilibrio del cuerpo con el entorno, el clima y el paisaje.

El chi o energía vital en la Medicina China

Según la medicina china la materia esencial de un ser es el qi (chi, lo que vulgarmente es llamado energía vital) y la xue (sangre). Son dos sustancias que tienen el mismo origen y sin ellas no hay vida. Una no puede existir sin la otra, ya que la xue, el medio, no puede circular sin el empuje del qi, el motor; y, a la inversa, el qi no puede circular si no es transportado por la xue.

El ser humano parte del qi celeste y delqi terrestre. El qi celeste es el factor congénito y está almacenado en el riñón. El qi terreste es lo que se conoce como el factor adquirido y es producido y generado por el pulmón y el bazo-estómago. Después del nacimiento, el factor congénito es poco modificable, pero se puede hacer mucho para mejorar el bienestar preservando el qi terrestre.

Si todo marcha como es debido, el cuerpo no sufrirá ningún desequilibrio y si lo hay, sabrá autorregularse.

Para que el cuerpo funcione necesita del aire y la comida, que son dos elementos fundamentales para la supervivencia:

  • El aire, inspirado por la nariz, entra en el pulmón y este lo transforma en el qi y lo distribuye por el cuerpo.
  • Mientras la respiración marca la frontera entre la vida y la muerte, la comida ingerida por la boca llega al estómago. Este hace la digestión ayudado por el suministro de qi del bazo. Por eso, para la medicina china, si el bazo no está fuerte, el estómago no cumple bien sus funciones.

Los órganos en la Medicina Tradicional China

Para la Medicina Tradicional China, los órganos vitales del cuerpo son: hígado, corazón, bazo, pulmón y riñón, y se corresponden con Los Cinco Elementos: fuego, tierra, metal, agua y madera, los cuales se interrelacionan de diversos modos entre sí.

El bazo controla el movimiento del estómago, genera el qi y la xue a partir de los alimentos y se encarga de transportar la parte más pura de estos a otros órganos vitales: si falta el bazo, a la larga se resentirán otros órganos y surgirán trastornos, aunque su meridiano energético se podrá estimular para compensarlo. Así en una respiración correcta y una alimentación equilibrada reside el misterio de la buena salud.

Veamos uno a uno las características de cada órgano vital según la Medicina Tradicional China. Además de relacionarse con uno de los 5 elementos, cada órgano se relaciona también con una estación del año, aquella en la que requiere especial atención; con un factor climático, que es el que más le afecta; con otro órgano cuyo funcionamiento está muy vinculado; con un sabor y un color de los alimentos que mejor le sientan; y con un sentimiento que se altera cuando la energía del órgano se desequilibra.

Hígado

  • Elemento: madera
  • Estación: primavera
  • Factor climático que más le afecta: viento
  • Órgano relacionado: vesícula biliar
  • Tejido: tendones
  • Orificio: ojos
  • Sabor: ácido
  • Color: verde
  • Sentimiento: ira

Corazón

  • Elemento: fuego
  • Estación: verano
  • Factor climático que más le afecta: calor
  • Órgano relacionado: intestino delgado
  • Tejido: vasos sanguíneos
  • Orificio: lengua
  • Sabor: amargo
  • Color: rojo
  • Sentimiento: alegría

Bazo

  • Elemento: tierra
  • Estación: final del verano
  • Factor climático que más le afecta: humedad
  • Órgano relacionado: estómago
  • Tejido: músculos
  • Orificio: labios
  • Sabor: dulce
  • Color: amarillo
  • Sentimiento: preocupación

Pulmón

  • Elemento: metal
  • Estación: otoño
  • Factor climático que más le afecta: sequedad
  • Órgano relacionado: intestino grueso
  • Tejido: piel
  • Orificio: nariz
  • Sabor: picante
  • Color: blanco
  • Sentimiento: tristeza

Riñón

  • Elemento: agua
  • Estación: invierno
  • Factor climático que más le afecta: frío
  • Órgano relacionado: vejiga
  • Tejido: huesos
  • Orificio: genitales/ano
  • Sabor: salado
  • Color: negro
  • Sentimiento: miedo

 

Meridianos y puntos de acupuntura

Mientras la medicina alopática, propia de Occidente, se centra en el estudio y funcionamiento material del cuerpo, la medicina tradicional china se concentra en la percepción sutil de las energías que regulan las funciones vitales. Para ella, el flujo de energía en el organismo es lo importante a la hora de evaluar la salud de una persona.

Los órganos vitales funcionan formando una red extensa que cubre todo el cuerpo y a través de la cual envían el qi y la xue. De ahí surgen los meridianos (jingmai) y los puntos (xue).

Los meridianos son los caminos por donde circulan el qi y la xue para nutrir e hidratar los tejidos y los órganos (y también por donde transitan las enfermedades), mientras que los puntos son lugares donde existe una mayor confluencia de qi. Por ello es donde se aplican algunos tratamientos de la medicina china: acupuntura, moxibustión, digitopuntura, masaje, ventosa, sangrado y otros. 

Los médicos chinos dejaron constancia de los canales o meridianos energéticos y puntos de acupuntura hace ya más de 4.500 años. Hoy se ha podido comprobar que estos canales, que parecían algo abstracto, una creencia casi mágica o religiosa, existen desde el punto de vista anatómico y se pueden detectar mediante el empleo de un isótopo fluorescente o midiendo la resistencia eléctrica cutánea.

Todos los tratamientos están destinados a equilibrar la energía que circula por el cuerpo, la cual es fuente de salud.

El diagnóstico en la Medicina China

Según la Medicina Tradicional China (MTC) la enfermedad es meramente una disfunción de qi o xuey en muchas ocasiones de ambos.

Puede que dependa de un solo órgano, de una parte del cuerpo, o bien un cuadro mucho más complejo, pero nunca deja de ser fundamentalmente una disfunción de qi y la xue. Esta puede ser debida a una causa exógena (frío, calor, sequedad, viento, humedad o lesiones externas) o endógena (el factor congénito, una disfunción de los órganos o un desequilibrio emocional).

El qi y el xue son el origen de la vida pero dependen completamente de los órganos vitales de los que se nutren, por ello cualquier tratamiento que un médico chino aplica a un paciente busca la regulación de los órganos afectados, aunque el procedimiento utilizado priorice, en algunos casos, una mejoría de los síntomas.

Un buen diagnóstico es la clave del resultado del tratamiento, pero hay que tener en cuenta que tratamos a un ser humano que funciona de manera única, por lo que el diagnóstico no es una mera cuestión de etiquetar dolores y enfermedades, sino de comprender el funcionamiento personal del mapa vital.

Hay infinidad de disfunciones que se pueden tratar con la medicina china. Sus principios terapéuticos siempre tienen el objetivo de devolver el equilibrio a los órganos internos, que son como las raíces de un árbol gracias a las cuales brotan ramas y nacen flores.

La medicina china no puede ver cómo trabajan los órganos, pero sí comprende cómo funcionan a través de la conexión de puntos y meridianos, tejidos y orificios.

Escuchar los órganos internos a través del pulso

Los especialistas en medicina china dominan el arte de conocer el estado de los órganos internos a través de la escucha del pulso.

Tomando el pulso de las dos muñecas en tres zonas diferentes y a distintas profundidades pueden descubrir desequilibrios e incluso enfermedades que aún no se han manifestado o que resultan indetectables para los análisis de la medicina occidental.

La muñeca izquierda está relacionada con el qi y da información sobre el corazón, el hígado y el riñón. La derecha habla de la sangre (xue) y da información de los pulmones, el bazo y el riñón.

Los médicos convencionales se fijan solo en la velocidad del pulso, pero los orientales distinguen 30 tipos de pulso. Con ellos detectan los puntos débiles del cuerpo y aconsejan medidas preventivas.

Los tratamientos en MTC

La medicina china considera que el flujo correcto de energía en el cuerpo genera la salud y su estancamiento, la enfermedad. Si la energía se concentra aparece la vida. Si la energía se dispersa sobreviene la muerte

Así, según la Medicina China todo bloqueo del qi es generador de perturbaciones que pueden expresarse en lo físico, en lo anímico y en lo espiritual.

El concepto de qi es muy amplio, pero según la medicina china, esta energía fuente de vida es la base de la salud. Por ello, el médico chino trabaja esta energía invisible que le permite no solo curar, sino sobre todo anticiparse a la enfermedad y prevenir. La medicina china considera un médico supremo a aquél que cura al que aún no ha enfermado.

Otro aspecto determinante en la medicina china que la diferencia de la alopática es que la medicina china tiene una visión íntegra del cuerpo humano como un todo.  La cabeza no funciona sola, sino porque hay todo un ejército de suministradores de qi y xue apoyándola. En este sentido el hígado desempeña un papel fundamental, ya que se encarga de mantener libre el paso en las vías de qi.

Cuando hay un cambio emocional se altera el qi y se puede producir físicamente una alteración orgánica. Por otra parte también hay cambios emocionales que están causados por un bloqueo de qi en el hígado.

Para corregir un desequilibrio del qi la Medicina Tradicional China puede recurrir a cambios en la alimentación y otros hábitos de vida y a diferentes técnicas o disciplinas, entre las que se encuentran el masaje Tui-Na (masaje energético), Chi-Gong o Chi-Kung, acupuntura, fitoterapia china y moxibustión. Veámoslos uno a uno:

1. Tui-Na: Un masaje energético a múltiples niveles

Este masaje chino, a diferencia del masaje occidental, no solo trabaja los músculos y las articulaciones, sino que se erige en un tratamiento que actúa a nivel energético y trata problemas internos de forma similar a como lo hace la acupuntura.

Equilibra los principios yin y yang en los órganos y meridianos, estimula el sistema inmunitario y regula el flujo de energía vital.

Tui-Na significa empujar y apretar. Esas son de las técnicas más características de este masaje, que además incluye formas de estimular con los dedos puntos energéticos del organismo y manipulación y movilización de las articulaciones.

Se desarrolla en tres fases: la primera preparatoria de poca intensidad, la terapéutica, en la que se realizan amasamientos y presiones, y la fase final que vuelve a ser suave.

2. Qi-Gong: el arte de sentir y concentrar la energía

Qi-Gong o Chi-kung significa alcanzar la maestría (kung) de la energía (qi). Con esta técnica compuesta por unos ejercicios determinados se consigue restablecer y dirigir el flujo de energía a zonas concretas del cuerpo bombeándola desde el interior.

Una de las figuras más utilizadas es la del árbol. La persona de forma relajada, con la columna erguida y  evitando formar cualquier tipo de línea o ángulo recto con su cuerpo pone los brazos como si rodeara un árbol. De esta forma facilita su flujo de qiLos pies deben sentirse asentados encima de la tierra, pero sin hundirse y como si estuvieran pisando una superficie de algodón.

3. La alimentación según la medicina china

La máxima de Hipócrates "que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento" inspira también desde hace al menos cinco milenios a la medicina china. Para esta ciencia, la alimentación es uno de los pilares que sustentan la salud y el equilibrio de energía del organismo. La medicina china asegura que "somos lo que comemos".

  • Cada persona debe conocer la dieta más adecuada para ella en función de su constitución y etapa vital, y curarse implica casi siempre rectificar hábitos dietéticos.
  • En cada comida se aconseja combinar los cinco sabores: dulce, ácido, picante, amargo y salado, porque cada uno de ellos nutre a los diferentes órganos según el calor o frío que aporta al organismo.
  • La dieta también debe adecuarse al clima en el que se vive y entorno. Por ejemplo, a una persona que habita en un país frío no le convienen alimentos fríos (ensaladas...) sino una dieta más picante y a base de alimentos calientes y dulces.

Para la dietética china, los alimentos son importantes por la energía que pueden movilizar en el organismo. 

4. Acupuntura: Una vía para restituir la energía vital 

La acupuntura es una de las técnicas estrella de la medicina china, pues permite mejorar el flujo de energía y tonificar los órganos debilitados con gran precisión.

El terapeuta inserta unas agujas  muy finas en la piel siguiendo los canales por los que circula la energía para que esta vuelva a fluir con normalidad. Las agujas se dejan unos quince minutos, aunque si se manipulan manualmente o permanecen más tiempo el efecto será más intenso.

La acupuntura tonifica o dispersa la energía, según convenga, a fin de regular la función de un órgano determinado.

Las reacciones son diversas. Algunas personas se sienten llenas de energía, sobre todo tras la primera sesión. Otras sienten agudizarse los síntomas, lo que indica una buena respuesta del organismo (con más sesiones esa sensación desaparece).

5. Fitoterapia china: mucho más que principios activos

En los tratamientos de medicina china la acupuntura abre un camino y la fitoterapia lo continúa reforzando su acción.

A diferencia de la fitoterapia occidental, la fitoterapia china no emplea las plantas según su composición química o principios activos sino que da prioridad a su característica energética, su naturaleza, su sabor, la dirección en que mueven el qi o su afinidad con órganos concretos del cuerpo o los meridianos.

Además de plantas, las recetas suelen emplear también sustancias de origen animal y mineral. Se recetan según la visión global del cuerpo que tiene la medicina tradicional china y casi siempre se utilizan mezclas, fórmulas y combinaciones.

6. Moxibustión: el calor que circula por los meridianos

La moxibustión consiste en quemar un cilindro de artemisa para aplicar el calor así generado en los puntos adecuados del cuerpo. El calor que genera la artemisa es mucho más alto que el de cualquier otra planta y, además, es muy penetrante y capaz de abrir los meridianos.

Este calor tonifica, activa y desbloquea el órgano y el meridiano correspondiente a través del punto de acupuntura tratado.

Es una técnica muy apreciada en China y, por ejemplo, se utiliza en ciertas épocas como medida preventiva contra la gripe o bien de forma regular simplemente para mantener el buen estado de salud.

La moxibustión también resulta muy eficaz para dispersar o eliminar factores patógenos como frío, humedad y viento que puedan haberse instalado en el cuerpo.