Los hongos son microorganismos y su presencia en la piel de las manos y alrededor de las uñas puede provocar molestias, comezón o picor, descamación y enrojecimiento en la piel. 

Podemos ayudar a lidiar con este problema y aliviar las molestias comprendiendo las causas subyacentes, haciendo uso de remedios efectivos y manteniendo un cuidado especial. Normalmente los hongos que infectan las manos pueden ser los mismos que infectan los pies, la cara o la espalda. Por ello es esencial tener un cuidado higiénico que evite la contaminación a otra zona cuando se tienen hongos en una parte del cuerpo. 

Las manos pueden sufrir infecciones por hongos tanto en la palma como en el dorso o en la zona alrededor de las uñas. Es importante mantener un cuidado e higiene regulares y evitar la humedad y la sudoración excesiva. Veamos las particularidades de los hongos en las manos.

Hongos en las manos: por qué salen

Nuestra piel es un ecosistema muy concreto con un balance de acidez media en nivel de pH, balance de renovación de las células y cuidado del sistema inmunológico para que no se produzcan sobrecrecimientos de patógenos perjudiciales.

Los hongos en las manos normalmente son el resultado del crecimiento excesivo de levaduras o de hongos dermatofitos. Entre las levaduras más comunes podemos encontrar la cándida, y entre los hongos dermatofitos, los tipos Microsporum y Trichophyton

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Tiña es el nombre que reciben las infecciones por hongos; por eso, la infección micótica de las manos provocada por un hongo dermatofito, se llama también tiña de las manos.

La tiña puede aparecer en diversas zonas de la piel no solo en las manos. De hecho, la tiña aparece con más frecuencia en los pies, es lo que se llama pie de atleta o tinea pedis, también puede aparecer en el cuero cabelludo también llamada tinea capitis

Síntomas de hongos en las manos

Generalmente cuando se producen infecciones por hongos se aprecian manchas circulares. Estas manchas normalmente son de color más claro que la piel, se percibe picor y descamación y tienen un borde característico.

Los tonos de las manchas por hongos pueden variar también según el tipo de hongo y el tono de piel. Por ello, pueden ser más blancas o rojizas en pieles blancas, o bien de tonos amarronados, rojo oscuro o violáceo en pieles más oscuras.

Dependiendo del tamaño del área afectada, pueden aparecer heridas de rascado

Cuando los hongos aparecen en la zona entre los dedos de las manos, esa forma de anillo se aprecia como doblada en el pliegue de tal forma que se aprecia en el dorso y planta o palmas, y por eso el anillo toma forma parecida a una coliflor a medida que la piel se ve afectada. 

Los hongos de las manos puede afectar a las uñas: las uñas se pueden deformar y cambiar de color. La piel alrededor de las uñas se hincha, y la infección, además, se percibe con escozor y picor

Cómo evitar el contagio y la micosis en las manos

Los hongos se contagian de unas personas a otras mediante el contacto directo (incluso cuando aún no se aprecien las manchas en la persona que tiene hongos) y mediante el contacto con objetos personales de quien está infectado. 

Veamos algunas precauciones para evitar el contagio por hongos:

  • Si alguien cercano o tu hijo o hija tiene hongos, no toques la piel directamente, utiliza guantes incluso para aplicar los remedios que estés utilizando o para el lavado de la zona. 
  • La humedad persistente, como la asociada a transpiración o sudoración profusa, es un factor predisponente para que se produzca sobrecrecimiento por hongos. Evitar la humedad constantemente en las manos. Si por el trabajo o actividad las manos están en contacto con humedad, sécalas con frecuencia. 
  • Evita el contacto directo con sustancias irritantes que puedan dañar la piel. En ocasiones, son áreas previamente dañadas o irritadas las que se quedan más expuestas a los hongos.
  • Algunos fármacos pueden debilitar el sistema inmune y facilitar contraer infecciones por hongos. Consulta con un profesional si pudiera ser tu caso.
  • Tratar la hiperhidrosis, lavarse las manos con frecuencia y secarlas adecuadamente son consejos importantes.
  • Evita tocar superficies y objetos personales contaminados. La ropa personal, ropa de cama y utensilios personales han de ser tratados aparte y mantenerlos en zonas secas.
  • No compartir utensilios, ni toallas, ni ropa, ni envases de cosméticos con personas que tengan hongos.
  • Evita tocar con demasiada frecuencia superficies potencialmente contaminadas. La limpieza de superficies es importante. Manillas de puertas o de armarios, barandillas, etc. que puedas tener en casa, han de ser desinfectadas. La persona que tiene los hongos en las manos ha de evitar tocar esas superficies.
  • Presta atención a las personas que puedan tener un sistema inmunitario debilitado o que estén atravesando algún tipo de proceso infeccioso, para evitar que se contaminen.
  • Si tienes hongos en las manos recuerda que, si te tocas otras zonas, pueden pasarse a esa zona. Por eso mantén las normas de higiene y cuidado. Mantén la zona de los hongos lo más seca posible.
  • La ropa de ir al gimnasio o la que usas si has transpirado mucho no la dejes en el suelo o un cesto sin lavar. Lava esa ropa lo antes posible.
  • Cuida las uñas de las manos. Evita hacerte la manicura con utensilios sin que hayan sido desinfectados. Evita compartir dichos utensilios. Cuida la piel alrededor de tus uñas para que no se dañen: no te quites los pellejos, deja de morderte las uñas. Es el momento para dejar de hacerlo. 

Remedios caseros para los hongos de las manos

Estos remedios naturales pueden ayudarte a acabar con los hongos de las manos y uñas:

  • Puedes preparar una pasta con bicarbonato de sodio y un poco de agua y aplicarla sobre las zonas afectadas, tanto entre los dedos como alrededor de las uñas.
  • El gel de aloe vera en las manos ayuda a calmar el picor. No obstante, procura que se elimine o seque y no quede resto de humedad.
  • El aceite de árbol del té o aceite de niaoulí, puede ayudarnos a combatir los hongos. Observa las instrucciones del envase a la hora de aplicarlo. Puedes utilizar torundas de algodón o una gasa para aplicarlos. No te toques los ojos con las manos.
  • El jengibre y el ajo también poseen propiedades antifúngicas.

Por último, es importante valorar por qué nos hemos podido contagiar y cómo evoluciona la infección. No dudes en consultar con un especialista para tener un diagnóstico claro.

En el caso de que tengas infecciones fúngicas con cierta frecuencia, debería considerarse cómo está funcionado tu sistema inmunológico, cómo son tu dieta y tus hábitos diarios. Quizá necesites algún refuerzo para tu sistema inmunitario en general.