Si de repente te sientes deprimido o cansado, podría deberse a los medicamentos antiinflamatorios esteroideos que te ha recetado el médico. Estos medicamentos, comúnmente prescritos para la artritis, el eczema o el asma, pueden alterar la química del cerebro y aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud mental.

Los glucocorticoides, una familia de esteroides que incluye la cortisona y la prednisona, tienen el mayor riesgo de desencadenar problemas mentales, dicen investigadores de la Universidad de Leiden en los Países Bajos, que analizaron las historias clínicas de más de 700 pacientes de alrededor de 60 años de edad.

Los medicamentos corticoesteroideos pueden alterar las materias blanca y gris del cerebro

Según la investigadora doctoral Merel van der Meulen, del Departamento de Medicina de la División de Endocrinología del Centro Médico de la Universidad de Leiden y autora principal de este estudio, investigaciones anteriores realizadas con personas con la enfermedad de Cushing, que tienen niveles muy altos del propio glucocorticoide del cuerpo, el cortisol, muestra que la exposición a largo plazo a los glucocorticoides puede afectar tanto la función como la estructura del cerebro.

"Nos preguntamos si estos efectos de los glucocorticoides en la estructura cerebral también podrían observarse en la gran cohorte poblacional del Biobanco del Reino Unido, incluidos los usuarios de glucocorticoides inhalados", agregó.

Pueden causar depresión y problemas de memoria y cognitivos

Los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética para comparar los cerebros de los pacientes que tomaban esteroides inhalados, por vía oral o mediante inyección con los de 24.000 personas de una edad similar que no estaban tomando los medicamentos. Ninguno de los participantes tenía antecedentes de problemas neurológicos, psiquiátricos u hormonales.

Al analizar las imágenes, comprobaron que la materia blanca y gris en los cerebros de los que tomaban esteroides era físicamente diferente de la de los que no usaban esteroides. Cuando se pierde materia blanca la persona se siente más lenta en sus respuestas y puede tener problemas de memoria y cognitivos.

Además, los científicos descubrieron que los participantes que tomaban esteroides sistémicos tenían un núcleo caudado más grande (esta zona se relaciona con actividades cerebrales como la planificación de la ejecución de movimientos, el aprendizaje y la memoria) y una amígdala más pequeña (la amígdala es parte de la materia gris del cerebro y está relacionada con el procesamiento y la regulación de las emociones).

Entre los usuarios de esteroides, la depresión, la sensación de letargo y el cansancio son comunes, lo que podría tener relación con la capacidad de los medicamentos esteroideos para modificar las estructuras cerebrales. Los investigadores observaron que los efectos eran menos pronunciados en los pacientes que tomaban los esteroides por inhalación que en aquellos que ingerían pastillas que actuaban sobre el organismo entero. Además sentían menos sensación de fatiga.

La dosis y la duración de los tratamientos con fármacos esteroideos también influyeron. Los mayores efectos secundarios sobre el cerebro se observaron en las personas que tomaros medicamentos sistémicos en pastilla durante mucho tiempo.

¿Para qué se utilizan los medicamentos esteroideos?

Los fármacos esteroideos suprimen la respuesta del sistema inmunitario y se recetan regularmente para afecciones inflamatorias, tales como:

  • Asma
  • Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)
  • Enfermedad inflamatoria intestinal
  • Lupus
  • Artritis reumatoide
  • Esclerosis múltiple (EM)

Estudios anteriores encontraron que las personas que toman durante un tiempo prolongado los medicamentos tienen casi siete veces más probabilidades de intentar suicidarse y son mucho más propensas a sufrir depresión, manía y delirio.

Por otra parte, el uso de glucocorticoides durante un tiempo prolongado aumenta el riesgo de que una persona desarrolle ciertos efectos secundarios, como:

  • Aumento del apetito/ganancia de peso
  • Hipertensión arterial
  • Osteoporosis
  • Diabetes
  • Cambios de humor
  • Aumento de riesgo de enfermedades cardiovasculares y muscoloesqueléticas.

Referencias científicas: