Si quieres que mantener tu cerebro sano y en forma pero no quieres obsesionarte con unos nutrientes concretos u otros, o simplemente quieres unas pautas generales que te ayuden a cuidarlo, estas son las fundamentales. Estas normas generales de alimentación te asegurarán los nutrientes y las condiciones que el cerebro necesita para funcionar de forma adecuada.

1. Evitar la hipoglucemia

La glucosa es el combustible del cerebro y cuando su concentración en la sangre baja en exceso, como ocurre en una diabetes mal controlada, se provocan daños neuronales. En general, para evitar los altibajos de glucosa, conviene consumir alimentos con hidratos de carbono complejos o de absorción lenta, como los de los cereales integrales y las legumbres.

2. Beber suficiente agua

El cerebro está constituido por un 70% de agua. Si no se reponen los líquidos que el organismo va perdiendo durante el día, el organismo se deshidrata y la deshidratación repercute en la memoria y la atención. Tomar otras bebidas no exime de la necesidad de beber agua lo más pura posible.

Recuerda que las frutas y las verduras frescas también te aportan abundante agua, por otra parte acompañada de vitaminas esenciales. Deben ser una parte fundamental de tu dieta.

3. Cuidar el colesterol

Un exceso de colesterol en la dieta no solo daña al sistema circulatorio, sino que perjudica al cerebro. Los alimentos integrales, con fibra vegetal, ayudan a mantener a raya los niveles de colesterol LDL.

4. Alimentos frescos

Muchas vitaminas esenciales para el cerebro son muy sensibles a la acción del calor y de la luz. Cuanto más fresco sea el alimento y menos procesado esté, más activos serán sus nutrientes.

5. Seguir una dieta ligera

El exceso de calorías puede perjudicar al cerebro de muchas maneras. De entrada, genera más radicales libres y reduce la formación de conexiones entre las dendritas. Sin embargo, una dieta ligera y equilibrada nos ayuda a vivir más y mejor.

En una dieta ligera es importante que los alimentos sean integrales, porque provocan un mayor efecto de saciedad y aportan menos calorías por parte comestible.

6. Tomar suplementos naturales

Incluir suplementos naturales en la dieta garantiza una provisión extra de nutrientes, ayuda a combatir el exceso de tóxicos y metales pesados y compensa la falta de vitalidad de algunos alimentos.

Uno de los suplementos nutricionales naturales más utilizados para alimentar el cerebro es la levadura de cerveza, pero también son muy comunes la lecitina de soja, el polen o las microalgas.