Nos preocupamos cada vez más por las bacterias que pueblan nuestros intestinos, pero tenemos abandonadas a otras que también forman parte de nuestro organismo: las bacterias que se encuentran repartidas por toda la superficie de nuestra piel.

No solo eso, sino que agredimos a estas bacterias con nuestro celo por la higiene y saboteamos su diversidad evitando todo contacto con la suciedad de la tierra.

Sin embargo, las bacterias que viven en nuestra piel cumplen funciones esenciales de protección y, si se mantienen en equilibrio, resultan beneficiosas tanto para la salud cutánea como para la del resto el organismo.

Una de esas funciones podría ser incluso de protecciónfrente al cáncer de piel. Así lo ha sugerido un equipo de investigadores de la Universidad de California San Diego, que han descubierto que una de las bacterias más comunes de la epidermis libera sustancias que podrían ayudar a combatir el melanoma.

Las bacterias de la piel liberan sustancias anticancerígenas

En cada centímetro cuadrado de nuestra piel pueden llegar a vivir 100.000 bacterias de 200 a 300 tipos diferentes. Muchas de esas bacterias se consideran beneficiosas por su capacidad de mantener a raya a otros microorganismos perjudiciales que podrían provocar infecciones.

También se ha comprobado que combaten la inflamación y que problemas como el acné o el eccema, entre otros, podrían guardar relación con desequilibrios bacterianos de la piel.

Lo que no se sabía hasta ahora es que esas bacterias, además, podrían ejercer un papel protector frente al cáncer de piel. "Hemos identificado una cepa de Staphylococcus epidermidis, común en la piel humana sana, con capacidad selectiva de inhibir el crecimiento de algunos cánceres", explica el doctor Richard Gallo, director del departamento de dermatología de la Universidad de California en San Diego.

Una cepa muy común

En el cuerpo las bacterias se reparten de forma variable sobre toda la superficie. Hay zonas con poca concentración y variedad de bacterias, como detrás de la oreja, y otras zonas con poblaciones abundantes, por ejemplo los antebrazos o debajo del pecho en las mujeres.

La bacteria S. epidermidis es una de las más abundantes en la piel.Tiene mayor presencia en zonas secas del cuerpo, normalmente en las superficies planas y amplias de la piel más expuestas al entorno, como las de los antebrazos o las piernas. En estas zonas suele haber, además, mayor diversidad bacteriana, precisamente por la exposición.

Eficaz contra el melanoma

El equipo de Richard Gallo, que ha publicado el estudio en la revista Science Advances, ha comprobado en ratones que esta bacteria tan común en una piel sana libera una sustancia química, la 6-N-hidroxiaminopurina (6-HAP), que destruye diferentes tipos de células cancerígenas, pero que no parece resultar tóxica para las células normales.

Concretamente, la 6-HAP liberada por este tipo de bacterias redujo el tamaño de tumores de melanoma producidos por exposición a rayos ultravioleta en un 50%. El melanoma es el tipo más grave de cáncer de piel y se inicia en los melanocitos, las células cutáneas responsables del bronceado.

"Existen cada vez más evidencias de que el microbioma de la piel es un elemento importante de la salud humana. De hecho, anteriormente vimos que algunas bacterias de la piel producen péptidos antimocrobianos que defienden de bacterias patógenas como el Staphylococcus aureus", explica Gallo.

Según los investigadores, S. epidermidis parece por tanto ofrecer cierta protección frente a algunas formas de cáncer, aunque se necesitarían futuros estudios para entender cómo se produce la 6-HAP y comprobar si se podría utilizar en tratamientos preventivos o si su pérdida aumentaría el riesgo de desarrollar células cancerígenas.

Cuidar las bacterias de la piel

Solemos pensar en nuestra piel como en una superficie fija que debe mantenerse limpia. Con frecuencia olvidamos que alberga una compleja red de bacterias que conviene proteger y nutrir. Aunque todavía se sabe poco sobre cómo afectan nuestros hábitos a la composición de nuestra particular población de bacterias cutáneas, hay cosas que podemos hacerpara no dañarlas.

Es importante, para empezar, no abusar de jabones y geles antimicrobianos. Si tu piel suele estar seca e incluso te salen rojeces después de la ducha, puede que te estés duchando con demasiada frecuencia y que tu piel acuse el desgaste.

Utiliza en su lugar jabones naturales y ecológicos, mucho menos agresivos, o incluso un jabón o loción con probióticos para la piel. Tu piel agradecerá también que los demás cosméticos que te apliques sean naturales.

La ropa de tejidos naturales, como el algodón, el lino o el cáñamo, favorece asimismo una mayor diversidad de la flora cutánea. Según un estudio publicado en 2015 en Frontiers in Microbiology, incluso lavar la ropa de toda la familia junta en la misma lavadora contribuye al intercambio de la flora bacteriana de cada uno adherida a los tejidos.

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Finalmente, conviene tener presente que por el tipo de actividades que desarrollamos y el exceso de higiene, tenemos cada vez menos contacto con el suelo, donde también habitan microorganismos beneficiosos.

No se trata de revolcarte sobre el suelo sucio, pero no temas el contacto con la tierra. Actividades como cuidar de un pequeño huerto, cuidar de un animal o salir a la naturaleza son pequeños gestos que permiten exponernos a una mayor diversidad bacteriana.