El cuidado integral del cuerpo, tanto desde dentro como por fuera, es crucial no solo para mantener una apariencia estupenda, sino también para promover una salud óptima.

Si sientes que el verano ha pasado factura a tu piel y cuerpo, es el momento perfecto, antes de que el invierno se asome, para dedicar unos días a mimarte y recuperar esa vitalidad perdida.

Día 1. Dieta depurativa

Iniciar tu viaje de belleza con una dieta depurativa es el trampolín hacia una piel radiante. Al desintoxicar el cuerpo, refrescas la mente, clarificas tus pensamientos y elevas tu sensibilidad, lo que a su vez impulsa la autoconfianza. Además, seguir una dieta depurativa es un paseo sencillo que no interrumpe en absoluto tu rutina diaria.

  • Al despertar, una infusión revitalizante es ideal. Opta por té verde o rojo, endulzado con un toque de miel si lo prefieres, pero evita acostumbrarte al té negro o al café.
  • Media hora después, disfruta de dos o tres piezas de fruta fresca de temporada. En otoño, las uvas son una elección fabulosa. También puedes deleitarte con un zumo de fruta natural.
  • La fruta, además de su efecto depurativo, actúa como un potente antioxidante, brindando un efecto antienvejecimiento a tu piel.
  • Para el almuerzo, un plato generoso de ensalada o un puré de verduras nutritivo es esencial.
  • A media tarde, la fruta vuelve a ser tu aliada y para la cena, un plato de puré de verdura reconfortante es ideal.
  • Entre las comidas, mantente hidratado con agua o infusiones relajantes.

No se trata de pasar hambre, sino de limpiar el sistema digestivo, lo que se refleja positivamente en la salud de tu piel.

Día 2. Exfoliar la piel

El sol y el calor pueden dejar tu piel sedienta y llena de células muertas. Con el verano en el retrovisor, es el momento de una exfoliación profunda.

La opción ideal para una exfoliación corporal es disfrutar de una sauna o un baño de vapor. De esta manera, las células muertas se desprenden mucho más fácilmente.

  • Si lo prefieres, puedes sumergirte en la bañera con agua caliente durante unos 15 minutos.
  • Luego, sin secarte completamente, procede a la exfoliación.
  • Puedes optar por un exfoliante casero (una mezcla homogénea de aceite de sésamo  y sal) o utilizar productos cosméticos específicos.
  • Masajea tu cuerpo suavemente en movimientos circulares, comenzando por los pies.
  • Si te resulta más cómodo, también puedes aplicar el producto exfoliante con la ayuda de un guante de crin.
  • Una vez finalizado, dúchate sin jabón y procede a hidratar tu piel. Los productos hidratantes ayudan a la epidermis a recuperar su función impermeabilizadora, es decir, la capacidad de retener agua, evitar la deshidratación y protegerse de los agentes externos.

Una hidratación adecuada mantiene la frescura y elasticidad de tu piel. Puedes utilizar un bálsamo o loción corporal. Si tu piel está muy seca, mezcla con un poco de aceite de almendras dulces, agitando antes de su uso.

Día 3: ¡Limpieza facial profunda!

La limpieza facial profunda que te proponemos consta de 4 pasos y te dejará un rostro maravilloso:

LIMPIAR Y TONIFICAR

El primer paso es limpiar y tonificar tu piel con una leche limpiadora suave.

  • Si tu piel es muy grasa, existen jabones especiales como el de azufre que pueden ser de gran ayuda.
  • Realiza movimientos suaves, insistiendo en las zonas rugosas y con pequeños pliegues.
  • En caso de piel seca, es preferible utilizar un tónico sin alcohol. El agua de rosas es una opción maravillosa.

EXFOLIAR

El segundo paso es una exfoliación suave del cutis.

  • Existen "peelings gomage" en el mercado, que son cremas con pequeñas partículas que facilitan la eliminación de células muertas. La cosmética natural suele utilizar semillas de frutas trituradas.
  • Aplica una capa fina y retírala con un ligero masaje. Luego, aclara con agua o tónico.

APLICAR VAPOR

Con la piel exfoliada, es el momento de aplicar vapor. El vapor humedece la piel, dilata los poros y facilita la extracción de comedones.

  • La aplicación del vapor debe ser de 10 minutos.
  • Este proceso es crucial en casos de piel grasa, pero no es necesario si tu piel es seca o no tiene puntos negros.
  • Al extraer los puntos negros, hazlo suavemente. Solo elimina los comedones más grandes con cuidado para no dañar la piel.

APLICAR MASCARILLA E HIDRATAR 

El cuarto paso es la aplicación de una mascarilla que descongestiona e hidrata tu piel.

  • Si prefieres una mascarilla casera, aquí tienes una receta sencilla: medio yogur, una cucharadita de miel y avena molida.
  • Mezcla bien hasta obtener una consistencia pastosa y aplica durante 15 o 20 minutos. Retira con agua tibia o agua de rosas. Finalmente, aplica una crema hidratante nutritiva.

Día 4: ¡Mimos para pies y manos!

Los problemas más comunes en los pies incluyen cansancio, hinchazón, sensación de ardor, callosidades, puntos dolorosos al presionar, sudor y hongos.

Para aliviar o prevenir muchas de estas molestias, comienza con un baño de pies relajante. El agua debe estar a una temperatura entre 36 ºC y 40 ºC, y debes mantener los pies en remojo durante unos 15 minutos.

  • Añade unas gotas de aceite esencial desinfectante como el de esencial de árbol de té o de lavanda. Mientras están en remojo, aprovecha para enjabonarlos con jabón líquido o gel de baño.
  • Luego, pasa cuidadosamente una piedra pómez por las áreas donde la piel es más gruesa o hay callosidades. Con la piel humedecida, es más fácil eliminar estas capas.
  • El siguiente paso es un masaje relajante. Un masaje en los pies con un poco de aceite de sésamo y unas gotas de lavanda ayuda a mejorar la circulación y a aliviar las pequeñas contracturas causadas por el calzado.
  • Seca los restos de aceite con una toalla y aplica una crema suavizante específica para pies. Si la usas diariamente, evitarás la formación de callosidades.

PROTEGER LAS MANOS

El cuidado de las manos es más sencillo.

  • Comienza con una exfoliación suave.
  • Luego, elimina la crema exfoliante y aplica una buena capa de aceite de sésamo. Deja actuar sobre las manos envueltas en plástico o con unos guantes.
  • Al igual que con los pies, retira los restos de aceite con una toalla humedecida y aplica una crema hidratante nutritiva.

Día 5: ¡Mascarilla capilar rejuvenecedora!

La mascarilla capilar es ideal para reestructurar e hidratar tu cabello. Las mascarillas caseras pueden ser más difíciles de aclarar que las comerciales, por lo que es recomendable aplicarlas y luego volver a enjabonar el cabello.

  • Deja actuar la mascarilla durante unos 15 minutos, envolviendo tu cabello en una toalla caliente.
  • Si tienes el cabello graso, necesitarás aceite de jojoba (o leche en su defecto), avena molida y vinagre.
  • Las cantidades dependerán del largo de tu cabello. En general, una dosis equivalente a medio yogur suele ser suficiente.
  • Mezcla el aceite o la leche con la avena hasta obtener una pasta fluida y añade unas gotas de vinagre. Si utilizas leche, el vinagre deberá añadirse al agua de aclarado.
  • Para cabello normal, una mezcla de aceite de almendras dulces o de coco, con medio yogur y miel es más eficaz. Para elaborarla, mezcla dos cucharadas soperas de aceite con medio yogur y añade una cucharadita de miel.

En cabellos secos, es mejor utilizar manteca de karité, aceite de aguacate o bien aceite de coco y miel. Mezcla la manteca de karité o el aceite de aguacate con el aceite de coco y añade una cucharadita de miel. Si tu cabello está muy desvitalizado, puedes añadir una yema de huevo.

Día 6. Regálate un masaje

El masaje tiene efectos significativos sobre la piel y la circulación, lo que aumenta el bienestar general del organismo.  El masaje eleva la temperatura de la piel en dos o tres grados, favorece la circulación sanguínea y linfática, con un efecto de drenaje y, por tanto, de eliminación de líquidos.

Además, regula el tono muscular en casos de tensiones, contracturas o una hipertonia del músculo.

  • Simplemente friccionando la piel ya se activa la microcirculación, es decir, los capilares se dilatan y aportan más nutrientes a la piel. Todo esto estimula el metabolismo a nivel local, y la piel adquiere una mayor elasticidad y tersura.
  • Normalmente se utiliza aceite de almendras dulces o de sésamo si el masaje es ayurvédico.

Día 7: ¡Baño tranquilizante!

Sumergirse en la bañera con agua caliente (a unos 38 ºC) es una sensación sumamente placentera.

La duración debe ser de unos 20 minutos.

PLANTAS MEDICINALES

Para enriquecer el baño, puedes utilizar plantas medicinales.

Prepara una infusión y mézclala con el agua del baño. Los principios activos de la planta penetran a través de los poros, ya dilatados por el calor.

La tila potencia el efecto sedante del agua caliente. La manzanilla y la avena calman los picores, las irritaciones y las erupciones causadas por alergias.

La preparación del baño de avena requiere más elaboración. Coloca 100 gramos de harina de avena molida en un saquito de tela, colócalo dentro de una olla con un litro de agua y deja hervir al menos diez minutos.

Obtendrás un líquido blanquecino, que es el que se vierte en la bañera. Así, lograrás un baño nutritivo, suavizante, calmante y relajante.

ACEITES ESENCIALES Y SALES DE BAÑO

Unas gotas de aceite esencial en el agua hacen el baño más aromático. Disfruta de diferentes aromas: naranja, limón, lavanda, bergamota...

También es buena idea colocar los aceites en un quemador específico para ello, de modo que el aroma envuelva toda la estancia.

Las sales de baño mantienen la hidratación de la piel, ya que al añadir sal se logra mantener el equilibrio osmótico entre el cuerpo y el agua. El resultado es un baño que, además de relajante, mantiene el equilibrio de la piel.