Los gases intestinales pueden causar desde leves molestias a dolores más intensos. De hecho cuando los gases nos causan dolor, a veces es tan intenso que cuesta incluso caer en la cuenta de cuál es el problema. Estos cólicos por gases dolorosos, sean más leves o más intensos, suelen tener su origen en un exceso de gases provocado por malos hábitos en la mesa o un desequillibrio en la dieta.

Corregir las causas, mejorar la alimentación e incluso hacer una dieta un poco más restrictiva temporalmente pueden ayudar, junto a otras medidas, a prevenir y aliviar los gases de forma natural.

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Por qué tengo tantos gases

La producción de gases en el intestino es habitual y normal, ya que es el resultado de las fermentaciones y putrefacciones intestinales: las fermentaciones se producen al consumir alimentos de origen vegetal y las putrefacciones al consumir alimentos de origen animal.

Su exceso en los intestinos y en estómago se puede deber a algunos malos hábitos en la mesa y otros factores como, por ejemplo:

  • Masticar poco, por ir rápido o por falta de piezas dentales.
  • Hablar y tragar aire mientras se come.
  • El consumo de caramelos o chicles.
  • Beber mucha cantidad de líquido, sobre todo bebidas con gas, con la comida o inmediatamente después
  • Alteraciones de la flora intestinal por una dieta inadecuada.
  • Consumo de alimentos flatulentos.

Dolor por gases: ¿es normal?

El dolor se debe a la distensión de los nervios de la mucosa digestiva por los gases retenidos, que en la mayoría de las veces son consecuencia de un estreñimiento crónico.

Un intestino grueso muy largo (dolicocolon) o ancho/dilatado (megacolon) facilita el acúmulo de gases y los cólicos intestinales.

Si bien es cierto que una dieta desequilibrada, y en consecuencia una microbiota alterada, puede causar inflamación intestinal, esta no suele ser, por sí sola, la causa habitual de los gases. Pero, a veces, el dolor intenso y persistente, asociado a gases intestinales, puede deberse a una diverticulitis o patología inflamatoria intestinal crónica como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn. Ante esta situación se recomienda acudir a un profesional para hacer el diagnóstico diferencial.

Cómo aliviar los gases y el dolor

Lógicamente, cuando sufrimos gases, lo primero es ver si en nuestro caso se da alguna de las situaciones anteriores y corregir la causa. Al mismo tiempo se pueden tomar estas medidas:

  • Es primordial evitar el estreñimiento. Hay que hidratarse bien tomando líquidos fuera de las comidas, ya que esto también ayudará con el estreñimiento si lo hubiera.
  • Las infusiones carminativas con hinojo, comino, anís verde o estrellado, junto a la manzanilla, una planta de propiedades desinflamantes y digestivas por excelencia, son ideales en estos casos.
  • Los preparados con estas plantas, acompañados con carbón vegetal activado y probióticos, son también de gran utilidad.
  • Conviene revisar si estamos consumiendo muchos alimentos flatulentos y reducir su consumo. También introducir alimentos que ayuden a eliminar los gases. Puede ser adecuado seguir temporalmente una dieta antiflatulenta más estricta hasta que mejoren los síntomas.
  • Para aliviar el dolor rápidamente, cuando es intenso, pueden aplicarse en el abdomen dos compresas húmedas calientes (una cada 15 minutos) seguidas de una fría (también de 15 minutos).

Dieta contra los gases

Ante episodios repetidos de gases, inicialmente se recomienda seguir una dieta equilibrada que reduzca los alimentos flatulentos y que incorpore alimentos probióticos y frutas ricas en fermentos digestivos:

  • Alimentos flatulentos: legumbres, coles, coliflores, alcachofas; cebollas, pimientos y pepinos crudos; azúcares y productos refinados. Puedes reducir o eliminar su consumo temporalmente, hasta que mejoren los síntomas.
  • Alimentos beneficiosos para evitar los gases: alimentos probióticos como el chucrut, el kimchi, el kéfir de agua o el miso; las frutas y hortalizas ricas en enzimas digestivas como la piña y la papaya; y algas como el cochayuyo, que contiene fibra soluble prebiótica y acido glutámico reparador de la mucosa digestiva.

Para que la dieta sea, además, desinflamante conviene retirar temporalmente los lácteos y el gluten.

Esta dieta se ha de mantener hasta que los síntomas desaparezcan, y luego introducir con moderación las legumbres, las verduras retiradas y el gluten no modificado, es decir, el proveniente de cereales menos hibridados que el trigo común, como la espelta o el kamut.