Una semana completa de trabajo y, por fin, el ansiado fin de semana. Pero en realidad el sábado y el domingo no descansas, sino que te embarcas en una actividad desenfrenada: llevas a los niños a un actividad deportiva, te coordinas con la familia o amigos para comer y por la tarde noche tienes que ponerte de acuerdo con tu pareja para "hacer algo"; no es fácil ponerse de acuerdo y además tienes que hacer la compra y limpiar algo la casa. El domingo, algo parecido. Ya es lunes y no has conseguido recuperarte.

¿Qué es el estrés del ocio?

El estrés del tiempo libre no es diferente de otras formas de estrés. Cualquier forma de estrés significa un desequilibrio en tu vida, en tus hábitos. Tus propios objetivos o las expectativas de otras personas te condicionan de tal manera que te sientes desbordado, no consigues organizarte y tus emociones se atropellan. En consecuencia, te ves superado, abrumado e insatisfecho. ¿Qué estás haciendo mal?

Una dosis de estrés puede ser positiva (eustrés o buen estrés) porque te estimula para desarrollar tu potencial, te saca de tu zona de confort y te hace avanzar. Si es estrés del bueno, al final te sientes recompensado. Esto no pasa con el estrés malo, que solo te causa angustia y ansiedad. Los desafíos y una agenda apretada tienden a desencadenar sentimientos amenazantes.

Si percibimos estrés negativo durante un período de tiempo más largo, nuestro cuerpo reacciona, el estrés a largo plazo promueve numerosas enfermedades. Estas incluyen trastornos mentales como la depresión, las crisis de pánico o el agotamiento. Las enfermedades cardiovasculares (como la presión arterial alta) y los problemas gastrointestinales (como el síndrome del intestino irritable) también pueden ser el resultado de demasiado estrés.

Lo que causa estrés varía mucho de persona a persona. Tal vez tengas una agenda muy ocupada todos los fines de semana, pero los disfrutas a fondo. Si no sufres, no hay problema. En cambio, otras personas pueden sentirse agobiadas con la mitad de citas o deberes y sienten que no tienen tiempo para sí mismas.

¿Por qué experimentamos estrés de ocio?

El principal desencadenante del estrés por ocio es la sensación de perder el tiempo. Muchas personas informan que se sienten estresadas en su tiempo libre, por ejemplo, cuando están atrapadas en el tráfico, haciendo cola en el supermercado o teniendo que pasar tiempo con personas que no les agradan.

Los mayores desencadenantes del estrés del tiempo libre siguen siendo:

  • No tener suficiente tiempo para uno mismo y para los demás.
  • Haber gastado demasiado dinero.
  • Una avalancha constante de publicidad en la vida cotidiana.
  • La contaminación acústica.

Redes sociales y FOMO

Las redes sociales nos han hecho olvidar cómo disfrutar nuestro tiempo libre. Porque en Instagram, TikTok y otras plataformas vemos constantemente cómo otras personas disfrutan de sus vidas. Eso ejerce cierta presión sobre nosotros, pues tenemos miedo a perdernos lo mejor de la vida (se supone). Incluso existe un término para tamaña desgracia: FOMO (Fear Of Missing Out)

El FOMO puede hacer que sintamos la necesidad de tener un tiempo libre a la altura de la persona más feliz del mundo. Por eso no perderemos el tiempo leyendo un libro fabuloso en la tarde del domingo, aunque en realidad nos gustaría, sino que haremos un plan de otro que además quede bien reflejado en las fotos y vídeos en redes sociales. Ya no disfrutamos de nuestras actividades de ocio, sino que las convertimos en nuestras propias obligaciones.

Estrés en el tiempo libre: cómo evitarlo

  • Detox digital: Para un fin de semana de relax, lo mejor es dejar el teléfono móvil apagado en el cajón o solo comprobar dos o tres veces al día si has recibido algún mensaje importante. Lo mejor es evitar las redes sociales por completo.
  • No hacer nada: ¿Has tenido una agenda apretada toda la semana? Reserva un día completo o al menos unas horas durante el fin de semana en las que puedas relajarte y tomarte un tiempo para el cuidado personal.
  • Di no: todos tus amigos van a ir a esa fiesta, cumpleaños o concierto, pero ¿te gustaría quedarte en casa? Entonces es recomendable ceder a tu necesidad de descanso. Para hacer esto, sin embargo, debes aprender a decir “no”.
  • Aficiones: ¿Tienes tiempo para dedicarte a tus aficiones los fines de semana, en los días libres o durante las vacaciones? La respuesta debería ser sí. Cuando te entregas a tu afición se producen los llamados momentos de "flujo" en los que te sales del espacio y el tiempo ordinarios, desconectas de tus preocupaciones. Esto puede ocurrir, por ejemplo, al cocinar, caminar, hacer ejercicio, hacer música o pintar.
  • Atención plena: Al integrar regularmente la meditación, los ejercicios de respiración y las técnicas de relajación en tu vida cotidiana, puedes reducir conscientemente tu nivel de estrés. También puede darte un mejor acceso a tus necesidades. A menudo estamos tan estresados ​​en la vida cotidiana que ya no sabemos exactamente lo que queremos. Sin embargo, si te sientas un momento, cierras los ojos y respiras hondo, es posible que te des cuenta de lo que más necesitas en este momento, puede ser una noche de juegos sociales o simplemente un té caliente, un sofá y un libro interesante.