¿Qué médico hay que visitar ante un problema de suelo pélvico? Incontinencia, prolapso, hemorroides... cuando se presentan estas alteraciones relacionadas con el estado de salud del suelo pélvico, muchas personas dudan sobre qué especialista deberían visitar. Es es una duda muy común.

Especialistas que tratan el suelo pélvico

El suelo pélvico es territorio de tres especialidades médicas: urología, ginecología y proctología. Si a esto le sumamos que los síntomas del suelo pélvico son muy variados, ya tenemos el terreno abonado para la confusión. Vamos a poner un poco de orden.

  • La urología es la especialidad médica en problemas miccionales: uretra y vejiga, principalmente. Es decir, voy a la uróloga cuando tengo incontinencia urinaria, urgencia miccional, infección…
  • La ginecología atiende los problemas ginecológicos en la vagina, útero y ovarios, como prolapso, dolor en la vulva, dolor en la vagina, problemas menstruales…
  • La proctología está especializada en problemas defecatorios, como hemorroides, fisuras anales, estreñimiento…
  • La fisioterapia del suelo pélvico. La medicina es inestimable en caso de enfermedad, pero en lo referente al mundo entre las piernas, muchas veces no hablamos de enfermedad o de patología, sino de sistemas que no funcionan, de músculos desconectados, de cicatrices dolorosas, de vejigas que se han vuelto locas…. Hablamos de la funcionalidad del sistema, y este es el territorio de la fisioterapia del suelo pélvico.

Por qué visitar al fisioterapeuta

El regalo de una especialidad es que se sabe muchísimo de algo. Se conoce el tema o la zona a la perfección. El precio de una especialidad es que se pierde la visión global. Y el suelo pélvico, si algo necesita es visión global.

Ya vimos en otro artículo que el suelo pélvico forma parte de algo más grande, de una unidad funcional: la esfera abdomino-pélvica. El suelo pélvico es la parte de abajo de esta esfera, por lo tanto, la mayoría de problemas que tiene provienen de desequilibrios en esta esfera:

  • una faja abdominal caída tiene relación directa con una incontinencia urinaria.
  • un diafragma tenso, una postura hundida… tienen relación directa con los prolapsos y con las hemorroides.

En el mundo entre las piernas, tiene más sentido afrontar cualquier problema que se presente desde una mirada amplia, que correr detrás de los diferentes síntomas y acudir a las diferentes especialidades.

Cuándo puede ayudar la fisioterapia del suelo pélvico

La fisioterapia debería ser la primera opción ante un problema, pues el camino terapéutico debería ir de menos a más, de menos invasivo a más invasivo. Las primeras opciones terapéuticas deberían ser las más respetuosas y funcionales con el cuerpo, las que estimulan su reeducación para volver al buen funcionamiento.

Y esto es lo que hace la fisioterapia (la fisioterapia del suelo pélvico). Si es necesario ir a más, la misma fisioterapeuta derivará a la especialidad médica que convenga.

Las soluciones de la medicina a veces son muy contundentes y hay que hacer lo necesario para evitarlas. Cirugía para una incontinencia urinaria, betabloqueantes para una vejiga hiperactivada… son buenas herramientas, pero deberían usarse cuando todo lo demás ha fallado.

Cuando ha fallado la reeducación del suelo pélvico para solucionar la incontinencia y cuando ha fallado la relajación de la vejiga estresada sin medios químicos. Cuando todo falla, sacamos la artillería y agradecemos tenerla, pero no como primera opción, eso es matar mosquitos a cañonazos.

¿Voy al ginecólogo o al fisioterapeuta de suelo pélvico?

La valoración de una ginecóloga y la de una fisioterapeuta de suelo pélvico no se parecen en nada. Solo coinciden en la zona a explorar. Básicamente porque buscamos cosas diferentes.

  • La ginecóloga mira que los tejidos estén bien, toma muestras, analiza resultados. La ginecóloga busca patología, busca cosas que no estén bien. Mira resultados objetivos.
  • La fisioterapeuta mira que los tejidos trabajen bien, estudia el cuerpo, valora su funcionamiento.
  • La fisioterapeuta busca desequilibrios y tensiones, busca mejorar la circulación sanguínea para enriquecer los tejidos, para desinflamarlos… A la fisioterapia no le interesa tanto qué nivel en la Escala de Oxford (1), sino cómo lo consigues.

Por ejemplo, María, a los 6 meses del parto recibe una valoración de 4 en la Escala de Oxford por parte de la ginecóloga. Está contenta porque le han dicho que todo está muy bien y tiene mucha fuerza. Viene a fisioterapia porque una amiga se lo ha recomendado y cuando la valoramos nosotras, su flamante 4 pasó a ser un justo 2, además vimos un prolapso grado I de vejiga.

¿Por qué esa diferencia? Porque vemos y valoramos cosas diferentes. La ginecóloga valoró cuanta fuerza máxima tenía María, un 4, pero las fisios valoramos cómo conseguía ese 4. Cuando le quitamos todas las contracciones parásitas de otros músculos, le hicimos respirar y le enseñamos a contraer sólo el suelo pélvico, el 4 se desplomó a un 2. La realidad de María es que su suelo pélvico no estaba para tirar cohetes.

¿Y el prolapso? La ginecóloga seguramente ni lo vió, porque un prolapso grado I no es nada, no tiene ninguna importancia, no da problemas, no significa nada…. Por lo tanto, no es remarcable desde el punto de vista médico. Para las fisios, un prolapso grado I es un caramelo, es algo fácilmente recuperable, con trabajo bien hecho y constancia.

La elección entre fisioterapia y medicina no existe. En la salud y en la vida es importante el sentido común: ante fiebre, dolor agudo o simplemente inquietud, ves al médico, siempre, pero para buscar soluciones, consulta a la fisioterapeuta de suelo pélvico.

Notas:

1. La Escala de Oxford es un test validado para valorar la fuerza muscular mediante una contracción del suelo pélvico. Va desde 0 (ausencia de contracción) hasta 5 (fuerza óptima).