En invierno bajan las temperaturas, los vientos se revuelven y la sequedad del ambiente se hace evidente conforme avanza la estación. Resulta relativamente fácil resguardarsedel frío con ropas de abrigo y calefacciones. Sin embargo, eliminar la sequedad del ambiente exterior es más difícil, y es lo que en definitiva daña la piel, la capa exterior del organismo más expuesta a las inclemencias en esta época. Por si fuera poco, las calefacciones, que resguardan del frío, además de calentar las casas eliminan la poca humedad que queda.

El resultado de tanta sequedad es una piel quebradiza que, al estar en contacto con el frío y el viento, se escama y en ocasiones llega a cortarse. Estos daños imposibilitan a la piel desarrollar sus funciones de protección. La piel presenta entonces un aspecto apagado y frágil.

Si quieres que tu piel brille en los meses más fríos del año, en este artículo encontrarás consejos para cuidarla de forma natural y evitar la sequedad. Si empiezas ahora, tu piel brillará ya en Navidad.

En este vídeo te contamos cómo preparar tu propio limpiador casero para tu limpieza facial diaria, uno de los cuidados que tu piel necesita a diario durante todo el año:

Recuerda que la humedad de la piel es necesaria para mantener su elasticidad y para evitar la aparición prematura de arrugas, y que existen tres partes del cuerpo que sufren especialmente las inclemencias del invierno: la cara, los labios y las manos.

Las tres deben cuidarse especialmente.

piel de la cara más luminosa en 3 pasos

La cara es la carta de presentación de las personas. Un cutis cuidado debe presentar un aspecto limpio pero no reseco.

La cara es una parte del cuerpo que está en constante exposición a los agentes externos y, además, la que más sufre con gesticulaciones. Su piel resulta delicada y vulnerable y debe cuidarse con extrema cautela.

Para conseguir una piel sana y bella en invierno deben seguirse los siguientes pasos:

1. Limpieza de rostro

Es importante limpiar la cara por la mañana y antes de acostarse.

La limpieza de la mañana debe hacerse con una leche limpiadora, ya que durante la noche la cara suda y los poros excretan toxinas. Si no se lava la piel, estas permanecerán en el cutis todo el día.

La limpieza de la noche debe hacerse con una crema desmaquillante, aunque no se haya usado maquillaje. Estos productos están formulados para limpiar todas las impurezas que se acumulan en la cara durante el día como el polvo u otras partículas propias de la contaminación (no sólo el maquillaje).

La limpieza del cutis diaria se puede complementar con exfoliaciones más profundas, tipo mascarillas, una o dos veces por semana.

El aguacate machacado aplicado en la cara tras la limpieza exfolia e hidrata al mismo tiempo.

Las limpiezas profesionales deben hacerse de dos a tres veces al año. 

 

2. Nutrir la piel por dentro y por fuera

Este paso no es completamente necesario ya que, si se cuida la piel y la alimentación, la piel debe de estar suficientemente nutrida. Además, la mayoría de las hidratantes poseen nutrientes para el cutis.

Algunos aceites esenciales nutren la piel de forma muy suave. Se pueden usar como nutriente antes de la hidratación o como hidratante en aquellas pieles que están suficientemente hidratadas.

3. Hidratar a diario

La hidratación es fundamental, ya que la sequedad del invierno priva al cuerpo de la humedad necesaria.

Cada persona tiene un tipo de piel distinto, por lo que las cremas hidratantes que son buenas para algunas no lo son para otros. A la hora de elegir una crema hidratante para un clima frío y seco la regla general debe ser una crema lo suficientemente gruesa para mantener la hidratación durante todo el día, pero que sea ligera para que no tapone los poros.

Es importante hidratar la cara tras cada limpieza, y normalmente la crema de noche será distinta que la de día ya que las necesidades de la piel son distintas.

hidratar bien los labios y evitar que se corten

Los labios también sufren durante el invierno. Para protegerlos a diario se puede aplicar, las veces que sea necesario, un protector labial que hidrate y proteja de los rayos solares.

La manteca de karité o la manteca de cacao son especialmente recomendables, sobre todo cuando los labios comienzan a cortarse.

Si los labios han sufrido mucho y están cortados se puede aplicar aceite de vitamina E directamente sobre ellos. Este aceite se suele encontrar como suplemento vitamínico en cápsulas de gelatina. Para aplicarlo se puede romper la cápsula con cuidado y aplicarlo con los dedos limpios.

no te olvides de las manos

A pesar de estar en la mayoría de los casos resguardadas bajo bolsillos o guantes, las manos también sufren las consecuencias del frío y el viento.

Además, a menudo están en contacto con superficies sucias y, por lo tanto, deben lavarse a menudo, lo que elimina su protección natural.

Aplicar crema hidratante o algún aceite esencial puede evitar tener las manos resecas y tirantes. Se puede usar una crema de manos de caléndula casera.

Para dar una suavidad extra a las manos se puede aplicar una "mascarilla" una o dos veces a la semana. Para ello se aplica una capa medianamente gruesa de crema hidratante y se cubren las manos con guantes de algodón el máximo tiempo posible. Las manos quedarán hidratadas y muy suaves.

Existen algunas profesiones que requieren un lavado constante de las manos. En estos casos requieren una atención especial ya que pueden enrojecerse, cortarse o sufrir reacciones alérgicas al estar muy sensibilizadas.

Usar un jabón para pieles delicadas siempre que sea posible e hidratar la piel tras cada lavado ayudará a mantener la piel más sana.

OTRAS CLAVES PARA CUIDAR LA PIEL DE TODO EL CUERPO EN INVIERNO

La sequedad del ambiente afecta al cuerpo entero. Seguir ciertas pautas durante estos meses hará que la piel del cuerpo se beneficie de forma global:

Humedecer el ambiente

Se puede humedecer fácilmente el ambiente de una estancia colocando cuencos resistentes al calor, llenos de agua bajo los radiadores. El calor que emiten hará que el agua se evapore, elevando así el grado de humedad.

También se puede comprar un humidificador, que hace la misma función de forma más rápida. Algunos incluso permiten regular el porcentaje de humedad ambiental. Un 45% de humedad es un nivel cómodo.

Duchas tibias

Ducharse con agua muy caliente daña las capas protectoras de la piel. Una ducha tibia a una temperatura agradable evitará estos males.

Si se prefiere un baño, se pueden añadir al agua unas gotas de aceite esencial. El de caléndula es hidratante, y el de lavanda, además, relaja.

Exfoliación

Una exfoliación corporal cada 3 o 4 semanas ayuda a quitar las células muertas.

Hacerlo con delicadeza, sin frotar excesivamente y con productos no abrasivos es fundamental para no producir daños.

Basta con frotar suavemente el cuerpo con un guante de crin húmedo, pero éste no debe usarse en la cara ni en el pecho.

Secado delicado

Tras la ducha, la mejor forma de secarse el cuerpo es con pequeñas palmaditas. Frotarse sin excesiva fuerza estimula el riego sanguíneo.

Hidratación

Si se aplica la crema hidratante con la piel aún húmeda, ésta se mantendrá hidratada durante más tiempo. Una crema fluida o el aceite de caléndula son dos buenas opciones.

Dieta equilibrada

Beber suficiente agua, comer sano, no consumir fritos y evitar las bebidas azucaradas es la mejor forma de cuidarse.

Consumir dos cucharaditas de aceite de pepitas de uva al día aporta una hidratación extra al cuerpo.

En definitiva, la piel en invierno puede estar bella y sana siempre y cuando se cuide. Mantener una piel en buenas condiciones no es sólo un capricho estético, se trata de una de las mejores formas de mantener un cuerpo sano.