A lo largo de los años, las tensiones se acumulan en el cuerpo y dejamos de movernos con soltura y de expresarnos con naturalidad.

Las sobrecargas encogen la musculatura, siendo causa o consecuencia de desequilibrio corporal e inseguridad emocional.

Este proceso de restricción y bloqueo muchas veces tiene su origen en la infancia. Un bebé puede chillar durante horas sin enronquecer, pero una vez adulto puede quedarse afónico simplemente por conversar o gritar.

técnica alexander: qué es

La técnica Alexander ayuda a detectar y reducir el exceso de tensión que parece no existir pero que origina numerosos trastornos como dolor, malas posturas y problemas de equilibrio y rigidez.

También permite adquirir un conocimiento muy preciso del cuerpo, dotando a cada movimiento de la tensión justa y necesaria para realizarlo, sean los movimientos que se emplean en la vida cotidiana o los que precisan una coordinación más compleja.

Por ejemplo, recoger un objeto puede ser origen de tensiones si se hace incorrectamente. La manera idónea de hacerlo es alargar la espalda y dejar que el peso recaiga sobre las rodillas dobladas.

En cualquier problema o patología el proceso es siempre el mismo: mejora global de la persona para que los síntomas particulares tiendan a desaparecer.

Para qué está indicada la técnica Alexander

El éxito de la técnica Alexander ha sido motivo de diversos estudios científicos que avalan su efectividad para varios casos:

  • Técnica Alexander para músicos y actores. Se imparte en escuelas de teatro y conservatorios de música y se considera esencial en el aprendizaje de las artes escénicas y a la hora de hacer presentaciones en público.
  • Técnica Alexander para deportistas. Es muy útil para que los deportistas tengan una mayor conciencia de lo que se denomina "reposo en actividad" o para que profesores y conferenciantes puedan rendir al máximo sin verse frenados por el exceso de tensión, la falta de control y de fluidez mental y física.
  • Técnica Alexander para el dolor de espalda. Muchas personas recurren a la técnica porque sienten malestar físico (dolores de espalda, cervicales, ciática, lumbago, codo de tenista o hernias discales), tienen problemas de locomoción, circulación, asma, migrañas, tartamudez...
  • Técnica Alexander para embarazadas. Las mujeres embarazadas la usan para asimilar mejor los cambios en el equilibrio que se producen en el embarazo.

El origen de la técnica Alexander

Frederick Matthias Alexander (1869 - 1955) era un actor australiano especializado en monólogos que con los años empezó a tener problemas de voz en plena actuación y visitó foniatras y médicos sin hallar un remedio duradero.

Observándose a fondo con espejos comprobó que antes incluso de empezar a hablar su cabeza tendía a irse hacia atrás provocando una gran tensión en los músculos del cuello, deprimía la laringe, el pecho se encorvaba hacia delante, tensaba la espalda...

Concluyó que lo que debía hacer era precisamente dejar de producir esas tensiones que afectaban a su aparato vocal y a todo su cuerpo.

Las tensiones corporales tienden a incrementarse en la vida adulta, generando a veces una reacción del cuerpo, que da la voz de alarma en forma de estrés, dolores musculares, malestar, ansiedad ...

Pero nunca es tarde para volver a encauzar esta tendencia porque "somos seres muy bien diseñados y podemos reaprender algo que ya sabemos", dice Xavier Ortiz, profesor de Técnica Alexander.

En esta reeducación se asume que el error forma parte del aprendizaje y se le da un valor como herramienta pedagógica, lo que hace a las personas más libres y creativas.

"Nuestro trabajo es propiciar que los alumnos sean maestros de su propio cuerpo para aprender a mantenerlo suelto y en libertad", apunta Ortiz.

 técnica alexander: cómo son las CLASES CON PROFESOR

Al tratarse de un aprendizaje se tiene que recibir en clases impartidas por un profesor.

Xavier Ortiz insiste en lo importante que es entender que "no tenemos que obligar a nuestro cuerpo a que se coloque 'recto'. Si los alumnos hacen ejercicios solos en casa con esa idea, suelen emplear su cuerpo de la forma habitual, es decir, según unos patrones de movimiento erróneos tan enraizados que ya no los notan y no los perciben como negativos, con lo que ejercitarse desde esta perspectiva sería un nuevo error".

Se trata de deshacer las tensiones que provocan el desequilibrio, no añadir otras para compensar. Lo único que se recomienda es la posición semisupina, práctica que estimula los cambios que promueve la técnica Alexander y en la que, durante al menos 15 minutos cada día, la persona puede estar por y con ella misma.

Durante la sesión el profesor trabaja guiando el movimiento del alumno suavemente con sus manos al tiempo que da instrucciones verbales.

De esa forma se gana una nueva y fiable conciencia del cuerpo y se es capaz de detectar y reducir las tensiones y malos hábitos que interfieren en la armonía corporal.

Poco a poco, el alumno consigue interiorizar y aplicar los principios de la técnica en su actividad diaria: sentarse, levantarse, andar, coger o cargar objetos, intentando reducir el esfuerzo en cada una de las actividades.

El profesor no ejerce ninguna manipulación con las manos. Su intervención consiste en detectar el exceso o falta de tensión y explicar al alumno cómo modificarla. Es el alumno quien realiza el trabajo consigo mismo, el profesor sólo le guía y asesora.

Tras las sesiones los alumnos perciben sensaciones de calma, comodidad y bienestar.

Las clases duran entre 30 minutos y una hora y suelen impartirse individualmente. La Asociación de Profesores de la Técnica Alexander aconseja entre 20 y 30 clases para beneficiarse de su aprendizaje.

El profesor no es un terapeuta

Quienes acuden a la técnica son alumnos y no pacientes y los profesores no son médicos ni terapeutas.

Walter Carrington, alumno directo de F. M. Alexander, aclara esta idea: "El público en general conoce poco la técnica y la clasifica como una forma de terapia alternativa, cosa que no es. Si alguien acude con la impresión de que va a encontrar alguna clase de terapeuta o sanador, sus expectativas no serán satisfechas. Nuestro trabajo se asienta en el campo de la educación para la salud; no somos terapeutas, somos 'profesores especializados'.

Los profesores no están preparados para hacer diagnósticos médicos, pero sí lo están para observar la influencia del uso corporal sobre el funcionamiento de los mecanismos posturales y de la respiración. Ellos pueden decir cuándo una persona está disminuyendo su estatura o aumentándola y pueden ayudar a cambiar las reacciones habituales asociadas a este uso.

En el proceso de enseñanza se emplean las manos a fin de detectar qué le pasa al alumno, para determinar si hay excesiva o insuficiente tensión muscular, si las articulaciones están bloqueadas o libres... Pero sería un error que este trabajo fuera interpretado como una terapia alternativa o una técnica manipuladora.

Debería considerarse más bien como un método educativo; un proceso que conlleva al mismo tiempo una reeducación física y mental y cuyo objetivo final es la enseñanza de una técnica práctica sobre cómo ayudarse a uno mismo. Y esto marca un nuevo enfoque en el campo de la educación física". 

LA TÉCNICA ALEXANDER BÁSICA

Con la ayuda de un profesor, el alumno consigue recuperar su libertad corporal y mejorar así su estado de salud. Estas son algunas de las herramientas.

POSICIÓN SEMISUPINA

Esta posición alarga y expande la columna y facilita la relajación.

El alumno se tumba con las rodillas flexionadas y los pies separados a la altura de las caderas, muy cerca del cuerpo pero sin forzar la posición.

Se colocan varios libros de tapa blanda bajo la cabeza, apoyando la zona occipital y sin tocar el cuello.

La cabeza no debe situarse ni muy atrás ni excesivamente adelantada y ha de conservar la posición habitual.

Los brazos se apoyan en los codos y las manos en el abdomen y el peso recae en los pies, la cadera, los omóplatos y la cabeza.

MOVIMIENTO SOBRE LA PELOTA

La utilización de la pelota en la técnica Alexander es una incorporación relativamente reciente.

El alumno bota o se mueve sobre una gran pelota de goma para encontrar su centro de equilibrio. El profesor le indica si se produce tensión o encogimiento en su cuerpo cada vez que éste se mueve.

La finalidad de este movimiento es propiciar una situación de libertad que permita alargar y ensanchar la espalda y con ello evitar tensiones que puedan resultar perjudiciales.

SILLA DE MONTAR

Este elemento, diseñado por un discípulo de F. M. Alexander, facilita la soltura de las piernas y ayuda a restablecer el equilibrio entre la cabeza, el cuello y la espalda, para tomar conciencia de su posición natural.

APOYO EN LOS HOMBROS

Las manos del profesor invitan a liberar la tensión que se acumula en la musculatura de los hombros, dejándolos caer y llevándolos hacia atrás.

Esta posición conlleva una apertura del tórax, lo que propicia el alargamiento de la espalda y contribuye a liberar de tensión el cuello además de facilitar que la cabeza vaya hacia arriba y adelante, mejorando así la respiración al deshacerse las interferencias que provocan el encogimiento.

En este ejercicio el profesor no manipula sino que actúa como un detector para saber si el alumno destensa correctamente la zona .