La respiración y la digestión son procesos que se desarrollan automáticamente la mayor parte del tiempo, pero es posible controlar la respiración y, mediante este control, actuar sobre la digestión.

Una respiración profunda y consciente puede mejorar la digestión. Es otro de los beneficios que se pueden atribuir a la respiración profunda, junto con sus efectos sobre el estrés o el sueño, por ejemplo.

Dos tipos de respiración

Hay dos tipos básicos de respiración: la respiración torácica y la respiración diafragmática.

  • La respiración torácica utiliza los músculos superiores del tórax para llevar oxígeno a los pulmones.
  • Larespiración diafragmática o "respiración profunda" utiliza el músculo respiratorio dominante del cuerpo: el diafragma (un gran músculo en forma de paraguas que se contrae continuamente para ayudar en la respiración).

No hay nada de malo en la respiración torácica, pero cuando se trata de influir sobre la digestión, unas pocas inhalaciones y exhalaciones profundas pueden fomentar una alimentación más lenta y consciente y reducir los síntomas asociados con los trastornos gastrointestinales como la indigestión y el estreñimiento.

Cómo afecta la respiración profunda a la digestión

Cuando estás corriendo, con prisa o estresado de alguna otra manera, tu cuerpo se mueve en "modo de lucha o huida", lo que significa que tu sistema nervioso simpático está activo.

Cuando esto sucede, el cuerpo libera hormonas del estrés como la adrenalina y el cortisol.

La adrenalina aumenta la energía, incrementa la frecuencia cardíaca y aumenta la presión arterial.

Una consecuencia es que la sangre se aleja de los órganos digestivos vitales y se va hacia los brazos, piernas y pulmones. Por eso el estrés puede provocr indigestión, náuseas, acidez, reducción de la absorción de nutrientes y fatiga.

Modos "descanso y digestión"

Realizar unas respiraciones profundas es una forma rápida y eficaz de cambiar nuestro sistema nervioso del modo de estrés al modo de relajación parasimpática de "descanso y digestión".

La respiración profunda antes de una comida ayuda a que la digestión sea buena. Las respiraciones profundas estimulan el nervio vago, que participa en la regulación del sistema nervioso y el intestino. El sistema nervioso parasimpático también promueve la salivación y restaura el flujo sanguíneo normal a los órganos que ayudan a la digestión.

Además, unas pocas respiraciones profundas antes de comer dan la oportunidad de masticar más a fondo y disfrutar más de la comida.

Masticar lentamente puede producir muchos beneficios en las personas con problemas digestivos y es una de las primeras cosas en las que trabajar cuando se sufre de sensación de opresión sobre el estómago, gases o reflujo ácido.

Cómo (y cuándo) intentar la respiración profunda

Podemos incorporar las respiraciones profundal a nuestro ritual de comer.

No es necesario meditar durante una hora entera antes de una comida para experimentar los beneficios. Es suficiente con realizar la siguiente rutina:

  • En un ambiente silencioso y de calma, siéntate con la espalda recta y los pies bien apoyados en el suelo.
  • Inhala lentamente por la nariz durante cuatro segundos mientras sientes cómo se llena el abdomen. Para apreciarlo puedes poner tu mano sobre el estómago.
  • Aguanta la respiración durante dos segundos.
  • Espira lentamente mientras cuentas hasta seis y sientes que el abdomen se va desinflando.
  • Realiza cinco respiraciones siguiendo este esquema.
  • Luego, mientras comes, respira con naturalidad.
  • Después de comer, puedes volver a hacer cinco respiraciones profundas.