Entre el 10% y 15% de la población de España sufre una enfermedad autoinmune. La medicina tradicional las trata con fármacos, pero se impone hacer una cura integral para que la inflamación del cuerpo baje y el paciente recupere la salud.

María Real Capell, farmacéutica, nutricionista y psiconeuroinmunoendocrina, sufre una enfermedad autoinmune, por eso sabe de primera mano lo inhabilitante que puede llegar a ser y por eso también se ha especializado en la materia. Fruto de estos años de trabajo ha publicado Cuando el cuerpo se rebela (editorial Grijalbo), un completo libro en el que enseña cómo vivir plenamente con una enfermedad autoinmune.

¿Qué son las enfermedades autoinmunes? ¿Cómo podemos identificarlas y cuáles son las más comunes?

Las enfermedades autoinmunes son un tipo de enfermedades donde el sistema inmunológico, en vez de protegernos, se dedica a atacar al propio cuerpo porque no está bien regulado. Si por ejemplo, el sistema inmune ataca a la glándula tiroides la persona sufrirá Hipotiroidismo de Hashimoto. Si el sistema inmune ataca a la membrana sinovial de las articulaciones el paciente tendrá artritis. Si el sistema inmune ataca a las vainas de mielina de la médula y el cerebro la persona sufrirá Esclerosis Múltiple, etc. Hay más de 80 enfermedades autoinmunes catalogadas y es posible que se descubran más en el futuro.

Las enfermedades autoinmunes más comunes son las 12 que describo en el libro: Esclerosis Múltiple, hipotiroidismo de Hashimoto, artritis reumatoide, psoriasis, enfermedad celíaca, lupus, esclerodermia, espondilitis anquilosante, enfermedad de Crohn, síndrome de Sjögren, enfermedad de Graves y diabetes Mellitus tipo 1.

Identificarlas es complejo ya que a veces la sintomatología de estas enfermedades es inespecífica, en algunos pacientes el diagnóstico puede tardar años.

–¿Por qué decides a tratarlas en este libro? ¿Qué van a encontrar quienes las padezcan en él?

Primeramente para ofrecer apoyo emocional a las personas que sufren alguna de estas enfermedades ya que estas enfermedades tienen un impacto emocional muy significativo en el paciente. También para concienciar y educar a los pacientes, ya que hay muchas cosas que pueden hacer en su día a día para estar mejor. El libro también es para las personas que acompañan a alguien con enfermedades autoinmunes (pareja, amigos, padres, hijos, etc.). Básicamente quería hacer como “una Biblia” muy completa, un manual de cabecera para tener apoyo y resolver las dudas. Por eso, el libro también incluye dos diccionarios en la parte final y un vademecum. No me quería dejar nada.

–¿Cuál es la relación entre el sistema inmunitario y la inflamación?

La inflamación es la respuesta del sistema inmunitario. Hay dos tipos de inflamación: la aguda y la crónica. La aguda sería, por ejemplo, un esguince, un corte en el dedo, etc. Es una respuesta corta cuya finalidad es promover la curación. Sin embargo, la inflamación crónica ocurre cuando el sistema inmunitario no está bien regulado y es una inflamación prolongada en el tiempo, no es tan corta como la inflamación aguda. En la inflamación crónica el sistema inmune envía “Whatsapps” agresivos al cuerpo, estos “WhatsApps” agresivos son las citoquinas inflamatorias. Entonces, esta inflamación crónica “alimenta” las enfermedades autoinmunes y hace que estemos más predispuestos a tener alguna. Por eso una de las estrategias básicas que tengo en consulta es bajar la inflamación.

–Este tipo de enfermedades van mostrándose lentamente. ¿Cuáles son esas primeras señales que debemos tener en cuenta?

Una de las primeras señales es el cansancio que no desaparece con el descanso. El paciente se encuentra cansado, se aísla un poco de su tribu porque le cuesta seguir el ritmo de los demás. También dependiendo de la enfermedad puede haber inflamación de las articulaciones, rigidez, hinchazón, edema, etc. Muchas enfermedades autoinmunes van acompañadas de trastornos gastrointestinales como pueden ser diarrea, estreñimiento.

–Dices que un mal estado de la boca puede hablar del estado del intestino y de la microbiota. ¿Podrías explicarnos un poco más?

Todas las mucosas están relacionadas, la mucosa bucal es prima hermana de la mucosa intestinal. Además la boca es la puerta de entrada a nuestro sistema digestivo. Si la entrada de nuestra casa está desordenada, ¿cómo estará el resto de la casa? Probablemente hecha un desastre. Pues esto mismo ocurre con nuestra boca y nuestro sistema digestivo.

La acumulación de placa bacteriana en los dientes y encías puede provocar gingivitis y periodontitis causando una alteración de la microbiota oral y, en consecuencia, alteraciones en el sistema inmune. Hay ya suficiente evidencia científica en estudios epidemiológicos para correlacionar la periodontitis con la Artritis Reumatoide y el Lupus, ya que se ha visto que la inflamación crónica generada por la periodontitis contribuye al desarrollo o al empeoramiento de estas enfermedades.

En el libro dedico también un apartado para explicar cómo cuidar la salud bucodental y la microbiota oral.

–Ya hemos visto (y en tu libro lo explicas también) que la microbiota y el sistema inmune están relacionados. ¿De qué manera?

Una de las funciones que realiza la microbiota es la puesta a punto del sistema inmune. La microbiota influye también en que la respuesta de nuestro sistema inmune sea adecuada, ni mucho ni poco. Además, la microbiota sintetiza sustancias beneficiosas para el sistema inmune como son los ácidos grasos de cadena corta como por ejemplo el butirato.

–¿Cómo podemos mejorar el estado de nuestro sistema inmune?

La gestión del estrés, la regulación de los ritmos circadianos, una buena alimentación, conexión con la naturaleza, conexión con la tribu, actividad física regular… Todos estos factores pueden ayudarnos a que nuestro sistema inmune funcione mejor.

–También hablas de los macronutrientes y de los micronutrientes. ¿Cuáles son y qué beneficios tienen en nuestra salud?

Los macronutrientes son “los grandes” mientras que los micronutrientes son “los pequeños”. Los macronutrientes se necesitan en cantidades más altas para que nuestro cuerpo obtenga la energía necesaria para realizar sus funciones. Los macronutrientes son: carbohidratos, proteínas y grasas. Los micronutrientes se necesitan en cantidades más pequeñas y serían las vitaminas, los minerales, los antioxidantes, etc.

Tanto los macronutrientes como los micronutrientes son básicos para un buen funcionamiento del sistema inmunológico. Por ejemplo, las grasas buenas, como por ejemplo, el Omega 3 son imprescindibles en la alimentación de los pacientes con Esclerosis Múltiple ya que los ácidos grasos Omega 3 son esenciales para el cerebro y el sistema nervioso. Los carbohidratos de calidad, como por ejemplo los tubérculos, la fruta, el pan y la pasta de trigo sarraceno ayudarán a que el paciente tenga más energía y que el sistema inmune sienta que puede trabajar bien, ya que darán la orden al cerebro de que hay suficiente energía.

El sistema inmune es muy “chupoptero” y necesita mucha energía, sino el paciente todavía se sentirá más cansado. Las proteínas también cumplen una función estructural básica y de reparación de tejidos en los pacientes con enfermedades autoinmunes. La vitamina D es un micronutriente básico, tiene que estar por encima de 40 ng/mL en los pacientes con enfermedades autoinmunes. Todos los macronutrientes y micronutrientes son importantes, no hay uno más importante que otro.

–Las hormonas también afectan al sistema inmunitario. ¿En qué sentido?

Las interacciones entre las hormonas y el sistema inmune aún no se comprenden al 100%, y por eso, son objeto de investigación en la actualidad. Hay muchas cosas que todavía no comprendemos. ¿Por qué algunas mujeres con enfermedades autoinmunes mejoran en la menopausia mientras que otras empeoran? ¿Por qué algunas mujeres pueden presentar un mini brote en el posparto mientras que otras no? Todavía hay factores que nos faltan por comprender.

Las hormonas sexuales pueden influir en la producción de citoquinas y otras moléculas inflamatorias, esta es una de las razones por las que las enfermedades autoinmunes afectan más a mujeres que a hombres. El sistema inmunitario es muy complejo y está influenciado por muchos factores, y las hormonas son uno de los factores que le pueden afectar.

–Gestionar el estrés, la exposición a las pantallas y a los tóxicos o aumentar nuestras horas de sueño, pueden ser grandes aliados en el tratamiento de las enfermedades autoinmunes. ¿No es así? ¿Qué debemos tener en cuenta en este sentido?

Todo lo que mencionas es básico hacerlo, pero como siempre digo los hábitos de vida tienen que ir a nuestro servicio y no al revés. Que cada uno se quede con lo que mejor le vaya del libro y lo implemente a su manera, porque esto es realmente la medicina del estilo de vida. Me gustaría que los pacientes con enfermedades autoinmunes que lean el libro se imaginen una caja de herramientas y que ellos escojan la herramienta que mejor les va a ir según la situación.