El hígado es un órgano vital que desempeña diversas funciones cruciales en el cuerpo, entre ellas, filtrar las toxinas de la sangre, metabolizar los nutrientes, producir bilis, almacenar y liberar nutrientes, sintetizar proteínas o apoyar la función inmunológica.

Su función como filtro lo hace especialmente vulnerable a sobrecargarse de tóxicos o grasas, lo que puede causar la inflamación del hígado (o hepatitis), aunque también puede inflamarse por otras causas, como una infección vírica. Sin embargo, ¿es peligroso tener el hígado inflamado?  Aunque en algunos casos la inflamación del hígado se soluciona por sí sola, en otros puede llegar a comportar complicaciones graves. Te lo explicamos en este artículo.

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Causas del hígado inflamado

Una de las causas más habituales de una inflamación del hígado es una infección vírica por virus como los de la hepatitis A, B y C o el virus de Epstein-Barr (que causa mononucleosis), aunque también puede deberse a infecciones parasitarias o bacterianas.

Otras causas habituales de la inflamación del hígado son:

  • El consumo de alcohol excesivo y por un tiempo prolongado.
  • El consumo de determinados medicamentos, como algunos antibióticos o antiinflamatorios no esteroideos, o la exposición a sustancias tóxicas.
  • Enfermedades autoinmunes, en las que el sistema inmunitario ataca por error a las células del hígado (como la hepatitis autoinmune).

Una mala alimentación, con un exceso de alimentos ricos en azúcares y grasas saturadas y trans, alimentos procesados y fritos, puede causar la inflamación del hígado y dar lugar a trastornos metabólicos como la enfermedad del hígado graso no alcohólico y la esteatohepatitis no alcohólica, ambas asociadas a una acumulación de grasa en el hígado y relacionadas con la obesidad, la diabetes y el colesterol alto.

Algunas enfermedades genéticas, tumores o cánceres y problemas cardiovasculares (como la insuficiencia cardíaca congestiva o la pericarditis) también pueden causar un agrandamiento del hígado.

Síntomas de que el hígado está inflamado

Los síntomas pueden variar de una persona a otra y a menudo, especialmente cuando la inflamación es leve, puede que no haya ninguno o sean muy leves y pasen desapercibidos.

Cuando hay síntomas, los más habituales son:

  • Cansancio, debilidad o falta de energía.
  • Dolor o molestias en la parte superior derecha del abdomen (donde se ubica el hígado).
  • Color amarillento en la piel y el blanco de los ojos (ictericia), debido a que el hígado no puede procesar la bilirrubina, un pigmento amarillo que se produce cuando los glóbulos rojos se descomponen.
  • Cambios de color en las heces (más blancas) o la orina (más oscura).
  • Problemas digestivos, como náuseas, vómitos o falta de apetito.
  • Sentirse lleno rápidamente al comer.
  • Picor en la piel (prurito).
  • Hinchazón en las piernas, los tobillos o el abdomen.

Si tienes cualquiera de estos síntomas, no dudes en consultar al médico para que determine la causa.

¿Es peligroso tener el hígado inflamado? 

En ocasiones, la inflamación del hígado responde a una causa puntual y se resuelve por sí sola. Sin embargo, cuando es grave o se prolonga en el tiempo, puede causar serias complicaciones, como:

  • Cirrosis, que ocurre cuando la inflamación prolongada daña las células del hígado y hace que se forme tejido cicatricial (fibrosis), que dificulta el funcionamiento normal del hígado.
  • Insuficiencia hepática, cuando el hígado pierde su capacidad para realizar las funciones esenciales necesarias para la vida.
  • Cáncer de hígado (carcinoma hepatocelular). La inflamación crónica del hígado puede provocar cambios en las células del hígado que promuevan el desarrollo de células cancerosas.
  • Hipertensión portal, cuando la inflamación y cicatrización en el hígado impiden el flujo de sangre a través del hígado, lo que provoca un aumento de la presión en la vena porta. Puede causar problemas muy graves como sangrado en las varices esofágicas, ascitis (acumulación de líquido en el abdomen) y encefalopatía hepática (un deterioro de la función cerebral que puede causar confusión, dificultades para concentrarse y cambios de personalidad).

¿Cómo desinflamar el hígado?

El tratamiento de la inflamación del hígado depende de cuál sea su causa. Por ejemplo, si se es debido a una infección vírica, lo más probable es que debas seguir un tratamiento con medicamentos antivirales, inmunosupresores u otras terapias dirigidas. Si la causa es el uso de determinados medicamentos, puede que el médico te indique otros tratamientos o reduzca las dosis. O si es por abuso del alcohol o la exposición a tóxicos, la primera medida será evitarlos.

En cualquier caso, determinados cambios en tu alimentación y estilo de vida pueden ayudarte a cuidar tu hígado:

  • Sigue una dieta saludable y nutritiva, que incluya mucha fruta, verdura, cereales integrales, proteínas y grasas saludables.
  • Evita el alcohol, los alimentos procesados, las grasas saturadas y el exceso de azúcar.
  • Mantén un peso saludable.
  • Bebe mucha agua.
  • Practica ejercicio físico de forma regular.
  • Evita (en lo posible) la contaminación ambiental y la exposición a sustancias químicas tóxicas (productos de limpieza, pesticidas…).
  • Algunas plantas, como el cardo mariano, la cúrcuma o el diente de león son conocidas por sus propiedades antiinflamatorias o hepatoprotectoras y pueden ayudar a desinflamar el hígado. Conviene preguntar al médico si están indicadas en función de la causa subyacente de la inflamación.