Hacer limpieza del hígado es una costumbre que convive con nosotros por generaciones. Cualquier momento del año es bueno para realizar una depuración para limpiar el hígado, aunque tradicionalmente se recomiendan especialmente dos momentos, que son los de cambio de polaridad en el clima: el otoño y la primavera.

A la hora de realizar estas limpiezas, las plantas medicinales son unas grandes aliadas y con ellas podremos preparar prácticas infusiones para limpiar el hígado que ayudarán en el proceso.

Por qué limpiar el hígado

Tan arraigado está en la cultura de cuidado realizar curas para limpiar el hígado que la limpieza de primavera de la casa y la de nuestro hígado… pueden ir a la par. Pero, ¿por qué es tan importante realizar una limpieza o un detox hepático?

El hígado realiza numerosas funciones en nuestro organismo. Es un gran órgano de filtrado de la sangre: recibe sangre desde el intestino y puede detoxificar sustancias dañinas que circulan por ella. Además puede participar en la modulación del sistema inmunológico, cuida la inflamación crónica, mantiene niveles saludables de colesterol, de grasas, hormonas, vitaminas, glucosa y mediadores esenciales para nuestro bienestar.

La salud física, en general, la energía física y mental dependen del bienestar del hígado como órgano central.

Infusiones para limpiar el hígado

Las infusiones de plantas específicas son una buena fuente de principios activos que tienen efectos sobre el hígado. Son cómodas de utilizar y, de la forma que te las presentamos aquí, muy agradables.

Es recomendable que evites tomar estas u otras infusiones hepáticas más allá de las 5 o 6 de la tarde, pues suelen tener también acciones diuréticas y podrían impedir un descanso adecuado. Que tu sueño sea reparador es tan importante para el hígado que hemos de evitar cualquier factor que pudiera afectar a tu descanso.

Veamos algunas mezclas de plantas y alimentos medicinales para que te resulte fácil y sencillo preparar una agradable infusión para tu hígado. Son infusiones novedosas que fusionan sabores curiosos y que puedes tomar a temperatura ambiente o tibias, incluso fresquitas (no frías).

Por otra parte, las infusiones elegidas te sirven para tomarlas tal como haces con otras infusiones digestivas o hepáticas, en tu taza favorita, a sorbitos, mejor antes de comer o entre comidas.

Estas infusiones son aptas para las personas que tienen problemas de hígado graso o esteatosis hepática.

Pero ¡fíjate! Seguro que esto no te lo esperas: también te sirven para añadirlas a un plato ya preparado que vayas a tomar en el momento, a una sopa o a un guiso y aportar acciones medicinales con un sabor y aroma curiosos…

¡Ya nos contarás qué te parecen!

1. Infusión de cardo mariano y menta con zumo de limón

Cardo mariano, menta y limón son muy apreciados para ayudar tanto al hígado como a la vesícula biliar y a la piel. Sus propiedades se combinan muy eficazmente en esta infusión.

  • Cardo mariano(Silybum marianum). El cardo mariano contiene silimarina, un principio activo muy valorado por sus propiedades antioxidantes y protectoras de las células hepáticas (hepatocitos). Dado que el hígado tiene una importante función de control de radicales libres y regulación del equilibrio redox, con esta infusión se fomenta la acción antioxidante y protectora de microorganismos que pueden afectar al hígado.
  • Menta (Mentha spp.). La menta ayuda en el proceso digestivo con sus aceites esenciales y ayuda asimismo a facilitar la depuración del hígado, y fomenta el alivio de picor y de erupciones o impurezas en la piel.
  • Limón (Citrus limonum). El limón va a aportar vitamina C y otras sustancias que promueven una mejor función hepática antiinflamatoria y antioxidante. 

Cómo preparar y tomar la infusión

  1. Tritura 1 cucharadita de semillas de cardo mariano y mezcla con 1 cucharadita de hojas de menta troceadas y secas.
  2. Pon la mezcla en una taza y añade aproximadamente 250 ml de agua caliente (a no más de 85 grados). Tapa la taza y deja reposar durante 10 a 15 minutos.
  3. Transcurrido el tiempo de reposo, la infusión habrá “enfriado”. Ya puedes colar y separar el líquido y desechar las hierbas. Estará ya a buena temperatura para tomar, pero antes añade a la mezcla el zumo de medio limón de tamaño mediano. Remueve ¡y disfruta!

Aunque la infusión esté tibia, la menta y el cítrico del limón ponen una nota refrescante en esta infusión. Puedes tomar 1 o 2 tazas al día, por un periodo mínimo de 3 semanas. No obstante, puedes tomarla el tiempo que desees. 

Precauciones

Si se produce el caso de que notas un efecto laxante o deposiciones blandas que te incomoda, simplemente disminuye a la mitad la cantidad de cardo mariano de cada infusión.

2. Infusión de hinojo, diente de león y cúrcuma

Esta asociación de hierbas, de hinojo, diente de león y cúrcuma, fomenta una liberación equilibrada y fluida de bilis, lo que ayuda a la digestión de las grasas y a evitar la fermentación e inflamación intestinal.

  • Hinojo (Foeniculum vulgare), frutos. Del hinojo se usan los frutos o también llamados semillas de hinojo. Tienen un aroma anisado muy agradable semejante al del anís verde. Las semillas de hinojo contienen compuestos activos con propiedades digestivas, protectoras de los hepatocitos y antioxidantes. Tanto el hígado como la vesícula biliar se benefician del hinojo. El hinojo tiene un gran aliado en el diente de león.
  • Diente de León (Taraxacum officinale), hojas. Las hojas frescas o secas del diente de león tienen un sabor ligeramente amargo que denota la presencia de principios activos amargos que ayudan en la debilidad hepatobiliar. Hinojo y diente de león, además, proporcionan mucílagos cuando se preparan en infusión; por ello aportan fibra soluble, muy importante para nuestro bienestar intestinal y salud de la microbiota.
  • Cúrcuma (Curcuma longa), rizoma.   La cúrcuma como rizoma aporta un color dorado y un sabor especiado a esta infusión. Los curcuminoides activos de la cúrcuma actúan como antioxidantes y antiinflamatorios, protegen al hígado de la inflamación.

Cómo preparar y tomar la infusión:

  1. Coge 1 cucharadita de semillas de hinojo, mezcla con 1 cucharadita de hojas de diente de león troceadas y secas y 1 cucharadita de rizoma de cúrcuma que previamente has pelado y troceado en piezas pequeñas. Ten en cuenta que la cúrcuma mancha, así que quizá quieras usar guantes o, al menos, tener mucho cuidado de la ropa o de paños que se pueden manchar.
  2. Pon la mezcla en una taza y añade aproximadamente 250 ml de agua caliente (a no más de 85 grados). Tapa la taza y deja reposar durante 15 a 20 minutos sin destapar.
  3. En este tiempo la infusión se habrá “enfriado”. Es el momento de colar y filtrar el líquido o infuso resultante. Ya podrás tomarlo, pues estará a buena temperatura. Remueve ¡y disfruta!

Puedes tomar 1 a 3 tazas al día, por un periodo mínimo de 3 semanas. No obstante, puedes tomarla el tiempo que desees. 

Precauciones

Si percibes unas deposiciones blandas que incomodan, solo tienes que disminuir a la mitad la cantidad de diente de león.

3. Infusión de alcachofa, jengibre y té verde

Esta infusión es casi un aperitivo... Es de esas infusiones que se toman antes de una comida especial o simplemente por disfrutar… Lógicamente está pensada para ayudar a tu hígado, vesícula y digestión.

Puede ayudar en caso de que tengas debilidad biliar, o problemas para ir al servicio. Está equilibrada para que no fomente la diarrea y así puedas llevar tu día normal.

El efecto detox se suma con estos 3 alimentos que podemos infusionar y, si quieres, puedes usar la infusión como añadido en una sopa fría o tibia. ¿Qué te parece?

  • Alcachofa (Cynara scolymus), botón floral. ¿Sabías que la alcachofa es la flor de la planta antes de que realmente florezca? Es lo que se llama “botón floral”. La alcachofa contiene principios amargos y aperitivos como la cinarina. Los principios amargos ayudan al hígado y a la vesícula biliar, y la función aperitiva es interesante porque promueve las enzimas digestivas. La alcachofa, además, contiene fibras que habrás notado cuando las comes: es fibra insoluble. Pero también aporta fibra soluble que ayuda a suavizar y limpiar el intestino. Su acción promueve la detoxificación del hígado y ayuda a que la bilis sea fluida, ambas funciones son muy interesantes para un acción detox o para cuando hay debilidad hepatobiliar. 
  • Jengibre (Zingiber officinale), rizoma
  • Té verde (Camelia sinensis), hojas.

En esta infusión, el sabor amargo de la alcachofa se camufla con el picante cítrico del jengibre y la suavidad del té verde, que aportan sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.

Cómo preparar y tomar la infusión:

En este caso vamos a preparar cantidad para 3 tazas. 

Utilizaremos una alcachofa mediana. Ya habrás limpiado la alcachofa y quitado las hojas, que son muy duras.

  1. Pon la alcachofa limpia y troceada en una cacerola pequeña.
  2. Añade 3 cucharaditas de ralladura de jengibre y 3 cucharaditas de té verde.
  3. Tapa la cacerola.
  4. En otro recipiente calienta unos 700 a 750 ml de agua. Cuando el agua esté a punto de hervir, retira el recipiente del fuego, vierte el agua en la cacerola donde tienes la alcachofa, el jengibre y el té.
  5. Tapa la cacerola de nuevo y deja tapada durante unos 15 minutos. Ten en cuenta que no estamos “cociendo alcachofas” como si se fueran a comer…  Solo queremos que se produzca una extracción de principios activos al agua.
  6. A los 15 minutos, puedes presionar ligeramente la alcachofa, colar y beber el líquido resultante (infuso) repartido en 3 tazas, para tomar antes de las comidas. Lógicamente la cantidad de líquido será menor de la cantidad inicial que pusiste a hervir. 

Si quieres, con la alcachofa restante, que está acompañada de jengibre y de té, puedes aprovechar y hacer una sopa con otros ingredientes a tu gusto. ¡Riquísimo todo…! ¡Y, además, menú completo!

Precauciones

Algunas personas tienen gases con más frecuencia al iniciar una depuración del hígado. Esto es por la liberación de bilis y puede ocurrir sobre todo al principio.

Para que no resulte molesto, esta infusión es especial. La acción antiinflamatoria del jengibre y el té verde  también ayuda a la alcachofa a evitar que te produzca gases y/o deposiciones blandas. No obstante, si esto te ocurriera, puedes bajar a la mitad la cantidad de alcachofa