Todos hemos sucumbido alguna vez a esta enfermedad contagiosa: dolores musculares, de cabeza, fiebre, trastornos gastrointestinales, malestar general... Aunque nunca es agradable pasar por una invasión vírica, se trata de un proceso en el que el cuerpo, generalmente estresado y sometido a un esfuerzo excesivo, alimentación deficiente, problemas... "rompe" su equilibrio y tiende a una catarsis curativa. Pero, ¿qué tomar para la gripe? 

Gripe o resfriado: diferencias

El malestar, la fiebre, etc. son mecanismos que el organismo genera para expulsar el virus, y con él muchas de las impurezas acumuladas tanto físicas como mentales.

Para saber si es gripe o resfriado la mejor forma es fijarse en los síntomas.

En general, los virus causantes del resfriado son de un tipo más benigno que el de la gripe, por lo que el estado general de una persona acatarrada es mejor que si tiene gripe.

Los síntomas más habituales de un resfriado son dolor de garganta, congestión nasal, tos moderada y estornudos, y, a veces, algunas décimas de fiebre.

La gripe, en cambio, produce fiebre alta (más de 38 ºC), dolor de cabeza intenso, cansancio, sensación de debilidad, tos seca y dolor muscular generalizado, debido a la acumulación de residuos del combate entre los linfocitos y el virus.

Conviene beber mucha agua, descansar y controlar la fiebre. La gripe, como otras enfermedades que obligan a detenerse y descansar, es una buena oportunidad para ganar energía y plantearse cambios en el estilo de vida.

Ese tiempo es, pues. un buen momento para pensar por qué no hemos podido afrontar la invasión, qué no va bien e incluso cuáles son nuestros miedos. Así la gripe permite recuperar fuerzas y plantearse cambios en el estilo de vida para, tras la crisis, comenzar una nueva etapa más plena.

Aunque en ciertos grupos de riesgo puede llegar a ser grave y ofrecer complicaciones, existen varios remedios naturales que permiten prevenir el contagio y combatir la infección una vez se ha producido; y, en algunos casos, incluso atajar la enfermedad en sus primeras fases, o ayudar a sobrellevarla minimizando la sintomalogía y colaborando en expulsar los residuos de la lucha interna que causa el malestar.

¿Qué tomar para la gripe? ¡10 remedios eficaces!

Estos son los diez remedios caseros naturales más eficaces. Además de estos, la práctica de ejercicio físico y el contacto con la naturaleza durante los meses fríos tonifica el organismo y fortalece el sistema inmunitario.

1. AJO Y CEBOLLA

Estos dos bulbos constituyen el tándem más importante a la hora de prevenir el contagio de la gripe, debido a sus virtudes antiinfecciosas y capaces de combatir la progresión de los virus en el organismo.

Numerosas invasiones patógenas remiten cuando se tratan en sus primeros estadios con ajo. Esta virtud se debe a sus compuestos azufrados, como la alicina y el sulfuro de alilo.

Asimismo, en el organismo forma un compuesto denominado glutatión, considerado como uno de los más potentes desintoxicadores orgánicos.

Si se está expuesto a un ambiente de fácil contagio o se notan los primeros síntomas del ataque de la gripe conviene tomar ajo en buena cantidad, preferentemente crudo: bastan dos dientes picados al día para obtener sus beneficios. También se puede añadir a sopas y guisos, pero sus mayores virtudes se obtienen de su consumo en crudo.

Para paliar el olor que provoca en el aliento, pueden masticarse hojas de perejil o cuatro o cinco granos de café.

Otro modo de aprovechar las características antivíricas del ajo es elaborar extracto de ajo, que se dosifica en gotas y conserva toda la potencia del bulbo crudo: en medio litro de aguardiente de orujo de calidad o alcohol para tomar, de uso interno, se dejan macerar medio kilo de ajos pelados y picados en finas lonchas durante 10 días, agitando periódicamente.

Posteriormente, y con la ayuda de un colador, se exprimen bien las rodajas de ajo hasta obtener un líquido concentrado. La dosis media es de 40 gotas en la comida y 40 en la cena. Esta preparación no es fuerte para el estómago y se digiere con facilidad.

La cebolla posee características similares al ajo para prevenir las infecciones gripales, debido a su alto contenido en sustancias azufradas. Es mejor tomarla cruda, en ensaladas, o tomar cebolla tierna.

Sin embargo, algunos estómagos sensibles sufren ante su consumo.

Por ello, puede prepararse una bebida antigripal con cebolla del siguiente modo: en medio litro de agua se pone a cocer a fuego lento una cebolla cortada en rodajas durante 15 minutos. Luego se extrae el líquido resultante y se bebe tibio, un vaso por la mañana y otro al acostarse.

2. ACEROLA

Este arbusto originario de Puerto Rico, también conocido como "cereza de las Antillas", es el vegetal más rico en vitamina C (100 g de pulpa aportan 1.500 mg de esta vitamina), llegando a ser 30 veces más elevado que la naranja o el limón.

Por tanto, su consumo ayuda a estimular el sistema inmunitario y también es un excelente preventivo ante los contagios gripales.

A la vitamina C se le atribuyen propiedades antiinfecciosas y protectoras frente a las invasiones ele microorganismos. Por ello, su inclusión  en la dieta invernal, siempre en crudo (ensaladas, zumos u otros usos culinarios), resulta de gran ayuda para prevenir procesos catarrales y gripales.

Además de ser un eficaz preventivo, si ya se ha contraído la gripe la acerola ayuda a expulsar los residuos pulmonares que dificultan la respiración y provocan tos.

Si su sabor no resulta agradable o se prefiere tomar su extracto, se encuentran derivados de esta planta en buenas herboristerías y tiendas de dietética, con lo que su dosificación resultará más sencilla siguiendo las recomendaciones del fabricante.

Aunque en menor cantidad que la acerola, el limón es una excelente fuente en vitamina C, que resulta de gran ayuda en la lucha ante las infecciones bacteriológicas y virales: 100 g de limón aportan más de 50 mg de esta vitamina.

Pero, además, esta fruta estimula el sistema inmunitario y, lo más importante, es un poderoso limpiador del organismo, de tal forma que los residuos que se acumulan en el cuerpo en la batalla de los leucocitos contra los virus de la gripe (células deterioradas y virus muertos) son eliminados con más facilidad por los órganos depurativos hígado y riñón.

Como preventivo, bastará tomar el zumo de un limón diluido en agua tibia cada noche antes de acostarse.

Como reforzante del sistema inmunitario y combativo de las infecciones, puede incorporarse a la dieta en forma de licuado a razón de un limón por la mañana, otro al mediodía y el último por la noche, siempre teniendo en cuenta que su forma más efectiva de actuar y de no interferir en la digestión de otros alimentos es tomarlo con el estómago vacío y diluido en un vaso de agua mineral.

Aunque una vez en el estómago se transformaen un líquido alcalino, el primer contacto con la boca es ácido, por lo que para salvaguardar el esmalte dental conviene realizar un buen aclarado buco-dental.

3. TOMILLO

Las virtudes del tomillo como desinfectante interno son popularmente reconocidas.

De hecho, en muchas zonas de España se añade a sopas, paellas... ya que, además de brindar buen sabor, previene el malestar provocado por la ingestión accidental de alimentos en mal estado.

Pero además es un remedio muy efectivo a la hora de prevenir y evitar los contagios gripales, y para eso bastará con tomar una infusión de la planta cada mañana unos minutos antes del desayuno. 

La infusión tiene un sabor agradable y también se recomienda para infecciones leves de garganta y pecho.

Esta planta es capaz de frenar el proceso catarral si se toma en cuanto se detectan los primeros síntomas.

De no ser así, gracias a sus propiedades tónicas, antisépticas, expectorantes y antiespasmódicas ayudará a eliminar más rápidamente la infección viral y aliviará los síntomas de la bronquitis, la inflamación de garganta, la tos improductiva e incluso las gastritis y colitis que con frecuencia suelen acompañar a muchos tipos de gripe.

Si ya se ha contraído el resfriado, conviene aumentar la dosis a tres tazas de infusión de tomillo cada día.

Una receta muy sencilla para eliminar la molesta congestión nasal es elaborar una infusión concentrada de tomillo y saúco (tres cucharadas se cada planta por 100 ml de agua) y añadirle unas gotas de limón. Con un frasco cuentagotas o vaporizador nasal se aplica una dosis de este preparado cada vez que se precise, ya que resulta totalmente inocuo.

4. Seta shiitake

Además de ser un placer para el paladar, las setas chinas poseen una importante acción antibiótica y antibacteriana, que las convierte en un alimento ideal para las épocas invernales, ya que son ligeras para el estómago e ideales para prevenir las infecciones gripales.

La medicina china las considera curativas de las afecciones húmedas como la gripe, causadas por el frío y con secreciones húmedas, y muy útiles en en tratamiento de dolencias pulmonares e intestinales, que como sabernos son las más afectadas en los accesos gripales.

Entre ellas, destaca especialmente el shiitake, una seta perteneciente a la familia de la basidomicetos que crece y se cultiva también en España (en la Rioja existen productores de shiitake ecológica).

Además de algunos aminoácidos esenciales, como la lisina y la leucina, su contenido en el polisacárido lentinina le hace ser un productor de linfocitos T y macrógafos, dos tipos de células que destruyen y eliminan los antígenos extraños al organismo.

La lentinina también colabora en la elaboración de interferones, proteínas procedentes ele los leucocitos sanguíneos que defienden frente a la invasión de los virus.

El shiitake es por tanto un excelente activador inmunitario y se ha demostrado que tiene una gran capacidad para combatir la gripe endémica y otros virus.

Este hongo puede encontrarse en polvo o el cápsulas en el mercado, pero la mejor manera de disfrutar de él es incorporándolo a ensaladas, sopas o crear nuestros propios platos: salteado con ajos, a la plancha, en revuelto con huevo, etc.

5. Equinácea

Si alguna planta es especialmente eficaz para estimular el sistema inmunitario de tal modo que pueda hacer frente a los ataques de gérmenes patógenos entre los que se encuentran los de la gripe, ésta es la equinácea.

Se trata quizá de la mejor ayuda que podemos encontrar en el mundo vegetal para prevenir las infecciones gripales, ya que aumenta la producción de leucocitos, y sus principios activos, entre los que se encuentran la equinacina, betaína, filosterina y aceites esenciales, impiden que el virus llegue a colonizar las células.

Su infusión, tres veces al día, resulta muy eficaz, pero la forma más segura de beneficiarse de sus propiedades es en forma de tintura o extracto, del que se deben tomar 40 gotas en el desayuno, la comida y la cena.

También son recomendables los gargarismos realizados varias veces durante el día con infusión de equinácea, ya que desinfectan la garganta y la mantienen libre de infecciones: así se constituye una barrera que los virus gripales no pueden atravesar.

6. Jengibre

Muy extendido su uso como condimento culinario, la raíz del jengibre tiene otras muchas propiedades, entre las que se encuentra la disminución de los síntomas de los procesos gripales.

Su consumo, pues, se recomienda cuando se es víctima del virus, ya que minimiza las naúseas y el malestar estomacal, y ejerce un efecto curativo sobre los bronquios.

Posee también un efecto estimulante que proporciona más energía y minimiza el cansancio que nos abate durante la gripe, gracias a su contenido en gingerol.

Reduce también la intensidad del dolor de cabeza y es expectorante, además colabora en la bajada de la fiebre y su poder antiséptico ayuda al organismo a eliminar más rápidamente la infección.

Por ello, mientras se está bajo los efectos de la gripe resulta muy beneficioso utilizarlo a modo de especia para condimentar algunas sopas o platos, aunque la mejor forma de aprovechar sus virtudes es consumirlo fresco, bien cortado en lonchas o finamente troceado.

Otro modo de beneficiarse de sus efectos es utilizarlo por vía externa, aplicado en forma de cataplasma para aliviar y mejorar las bronquitis coadyuvantes al proceso gripal.

Su confección es muy sencilla: en un cazo se deben poner 6 o 7 cucharadas de harina de linaza (la podemos fabricar nosotros mismos moliendo finamente las mismas cucharadas de semillas de lino) y se le añaden otras 6 o 7 cucharadas de infusión de jengibre.

Se deja cocer a a fuego lento, revolviendo la mezcla, hasta que la masa resultante espese. Seguidamente se retira del fuego y se deja enfriar hasta que su temperatura sea caliente pero no queme. Luego se vierte la masa obtenida sobre unas gasas y se coloca cubriendo el pecho, tapando todo con un paño grueso de un tejido natural (toalla, manta... ).

Esta aplicación "despega" la mucosidad y proporciona un alivio rápido de la zona bronquial congestionada.

7. Saúco

Tanto las flores como las hojas de este arbusto minimizan algunos síntomas de la gripe, como el dolor de cabeza por congestión y el lacrimeo ocular.

Su toma, a razón de tres tazas de infusión al día, hace bajar la fiebre alta, evitando usar medicación alopática.

Es también útil en la inflamación de las vías respiratorias y ayuda a eliminar el moco bronquial. Podemos elaborar un jarabe bronquial de forma muy sencilla: en tres cuartas partes de litro de agua mineral se ponen a cocer ocho cucharadas de flores de saúco y se deja 30 minutos a fuego muy lento, sin que llegue a hervir, con el recipiente tapado para que no se dispersen sus principios volátiles.

Tras reposar una o dos horas, se filtra el líquido resultante y se añaden otras ocho cucharadas de miel natural, preferentemente de brezo, que tiene propiedades curativas de las vías respiratorias.

Se debe guardar en un frasco protegido de la luz y se toma en dosis de dos cucharadas cada tres horas hasta que remitan los síntomas.

8. Llantén

Esta planta es una gran regeneradora del organismo y se utiliza desde antiguo para revitalizar el cuerpo en casos de debilidad producida por varias enfermedades, entre ellas gripes y resfriados.

Su uso es particularmente efectivo durante el transcurso de la enfermedad e incluso una vez pasados los síntomas más intensos.

Entre sus virtudes se encuentra la de ser un buen expectorante, reducir la fiebre, combatir las infecciones de bronquios y garganta y actuar como un suave antidiarreico en los procesos catarrales que cursan con trastornos intestinales.

Todo esto se atribuye a su riqueza en iridoides, principalmente el aucubósico. Su contenido en mucílagos le confiere una acción suavizante y facilitadora de la expulsión del moco.

Puede tomarse como infusión a razón de dos tazas diarias, en forma de extracto (40 gotas con la comida y otras 40 con la cena), o en comprimidos (dos tabletas en el almuerzo y otras dos antes de acostarse). 

9. Arándanos

Las últimas investigaciones han demostrado que los componentes de esta fruta combaten las infecciones.

Parece ser que el arándano contiene un agente que ataca directamente a las bacterias que pueden colonizarnos cuando las defensas están bajas.

Como tratamiento se sabe que dos vasos de zumo de arándanos al día aumentan el nivelde antioxidantes en la sangre en un 120%, gracias a su alto nivel en polifenoles; una costumbre que, además, refuerza la salud de todo el organismo, porque las antocianinas que contiene actúan como tónicos venosos, aportando elasticidad y flexibilidad a la pared de las venas.

En EE.UU. rigurosos estudios científicos han destacado la capacidad de los arándanos para aliviar no sólo las infecciones de las vías urinarias, como se conocía hasta ahora, sino también su acción en otros ámbitos, como el de las infecciones respiratorias y de oído.

Para que el tratamiento sea efectivo se aconseja tomar al menos un vaso diario de su zumo (se vende en tiendas de dietética) o bien incorporarlo al natural, como tentempié, antes de las principales comidas.

10. Zinc y cobre

La toma de algunos oligoelementos refuerza las defensas y ayuda a eliminar el virus gripal.

ZINC

El zinc es un mineral básico para el correcto funcionamiento del sistema inmunitario y, tomado en las primeras fases gripales, puede llegar a eliminar el virus, evitando sus molestas y a veces complicadas consecuencias.

Además puede ser más eficaz que la vitamina C para reducir la duración de los resfriados ya que es uno de los más potentes activadores del sistema inmunitario.

En estos casos se recomienda un suplemento de gluconato de zinc de 50 mg diarios, ya que los alimentos que suelen tomarse en la dieta no proporcionan suficiente cantidad de este mineral para eliminar el virus gripal.

A modo de preventivo, en periodo de riesgo de contagios, se puede incluir en la dieta en forma de semillas de sésamo (contienen 10 mg de cinc por 100 g), levadura de cerveza (8 mg/100 g de levadura en polvo) y semillas de calabaza (7 mg/100 g).

Las ostras, los quesos curados, la ternera, las gambas, los langostinos, las judías y guisantes secos, el pan integral y las lentejas son otras buenas fuentes de este mineral.

Es importante tener en cuenta que el cinc se absorbe de una manera más efectiva si en la dieta se incluyen alimentos ricos en calcio, cobre, selenio, vitamina A, B6 y vitamina E.

COBRE

El cobre un oligoelemento que está presente en el organismo y actúa como catalizador en dosis mínimas, de forma parecida a los compuestos homeopáticos en los que la cantidad de la sustancia activa es casi imperceptible.

Por tanto, su toma dentro de la alimentación diaria o en forma de suplementos ordinarios no posee el efecto curativo que por el contrario sí presenta bajo su preparación oligoterápica en la que se trata según la medicina homeopática, siguiendo procesos de trituración, dilución y dinamización.

Esta forma del cobre es efectiva para cortar de raíz un proceso gripal. Se recomienda una ampolla por la mañana y otra por la tarde durante dos días, que deben tomarse en cuanto se note algún síntoma catarral.