Nacer hombre o nacer mujer también implica diferencias a nivel de salud. Las estadísticas son muy claras: en los países desarrollados las mujeres viven una media de siete años más que los hombres.

La esperanza de vida de la mujer se alarga en todos los países europeos y sobre todo en España donde, en este momento, es de 81 años de media para las mujeres y de 74 años para los varones.

Sin embargo, en todas las encuestas realizadas en España (como la Encuesta Nacional de Salud) y en otros países, las mujeres presentan un índice bastante inferior a los hombres en la valoración de la salud percibida, es decir, se sienten menos sanas.

¿Qué ocurre? ¿Qué diferencias de salud determina el sexo y qué tipo de enfermedades son más propias de un sexo y de otro?

Enfermedades por sexo: la cuestión genética

Los especialistas aseguran que la genética determina en buena parte la mayor longevidad de las mujeres: en todas las especies la hembra suele vivir más que el macho y está mejor dotada genéticamente para resistir la enfermedad.

A esto se añade que los hombres viven asumiendo más riesgos: sufren más accidentes, beben y fuman más.

Las tres primeras causas de muerte (enfermedades cardiovasculares, cáncer y accidentes) son más frecuentes en el hombre, y es que hasta los 45 años ellos tienen más probabilidades de padecer un accidente cardiovascular.

Los estrógenosla hormona femenina por excelencia, ejercen una acción protectora muy importante en ese sentido hasta que llega la menopausia.

Pero curiosamente esto no significa que durante su más larga vida las mujeres vivan mejor y gocen de más salud que los hombres. En realidad sucede todo lo contrario: "A lo largo de su vida las mujeres sufren más problemas músculo-esqueléticos como la artritis y la artrosis, y más trastornos de salud mental como ansiedad y depresión; males que no matan, pero que tampoco dejan vivir", asegura Lucía Artazcoz, investigadora de desigualdades de género del Instituto Municipal de la Salud de Barcelona.

"Los hombres enferman menos que ellas, lo que ocurre que se ven afectados con mayor frecuencia por trastornos de consecuencias mortales como son los accidentes cardiovasculares (primera causa de muerte entre los hombres), el alcoholismo y el cáncer de pulmón."

El peligro de los tópicos: el machismo perjudica la salud... también de los hombres

Genética aparte, lo que más ha sorprendido recientemente a los investigadores ha sido descubrir la gran influencia que tienen sobre la salud los patrones de educación machista aún hoy muy vigentes.

Los hombres todavía creen que son más hombres si consultan menos, es decir, si acuden con menor frecuencia al médico. Esto implica por ejemplo un mayor riesgo de morir a causa de un cáncer de próstata, una enfermedad en la que el diagnóstico precoz resulta vital.

A diferencia de las mujeres, que suelen acudir a su cita anual con el ginecólogo, los hombres prefieren evitar las visitas de carácter preventivo. De la misma manera que asumen más conductas de riesgo, no son capaces de afrontar su vulnerabilidad y la responsabilidad de consultar.

De la misma manera que se ha visto que los hombres se cuidan menos, también se ha comprobado que están mucho menos atentos que sus compañeras a los mensajes de salud que se difunden socialmente, ya sea a través de campañas o de los medios de comunicación.

También se ha demostrado que el hecho de beber y fumar más es la manera masculina de hacer frente al estrés. La mujer en cambio se angustia más.

La influencia que ejercían sobre la salud las distintas formas de vivir y de pensar por el hecho de ser hombre o mujer no han empezado a investigarse hasta el año 2000. Hasta ahora los estudios de salud en la población sólo tenían en cuenta las diferencias genitales y reproductivas.

 

Del mismo modo, cuando se investigaban los efectos de un medicamento, las pruebas se llevaban a cabo exclusivamente con hombres y las conclusiones se extrapolaban a las mujeres sin tener en cuenta el sistema hormonal, que echa por tierra muchas de esas conclusiones.

Estadísticamente se han descubierto otras discriminaciones: por ejemplo, se realiza menos esfuerzo diagnóstico y terapéutico en las mujeres y cuando el médico está ante una mujer achacará más fácilmente su enfermedad a los nervios ante la evidencia de que la mujer somatiza más. Así a ellas se les recetan ansiolíticos de forma abusiva.

Por otra parte, se ha comprobado que el médico asocia mucho más el infarto al hombre y cuando una mujer acude a urgencias con síntomas de un ataque al corazón el médico piensa menos en esta enfermedad como causa. Un estudio realizado en la Universidad de Harvard y otro de la Universidad de Maryland (EE.UU.) entre más de 80.000 pacientes de ambos sexos, revelaron que ante un episodio de infarto de miocardio se practicaban muchas más coronariografías (procedimiento diagnóstico y terapéutico) a los hombres que a las mujeres.

"Sin embargo, hay que dejar claro que a partir de la menopausia el riesgo de infarto en las mujeres es igual que el del hombre porque ya se ha perdido el poderoso efecto protector de los estrógenos", explica la Dra. Lucía Artazcoz.

Diferencias entre hombre y mujer: enfermedades más frecuentes por sexo y sus causas

Pero, ¿qué enfermedades son más frecuentes en el hombre y cuáles son más frecuentes en la mujer? 

  • Cáncer. En la actualidad es la segunda causa de muerte en los hombres y las mujeres de más de 50 años.
    • Cáncer de pulmón. Más frecuente entre los hombres porque fuman más.
    • Cáncer de mama. Segunda causa de muerte en las mujeres. Hace 10 años era la primera causa en mujeres de más 50 años, pero el tabaquismo y la hipertensión que predisponen al infarto la han relegado. 
    • Cáncer de próstata. Segunda causa de muerte entre los hombres.
  • Problemas cardiovasculares. Hasta los 45 años son más frecuentes en hombres que en mujeres, aunque se va igualando y en ellas existe una mayor mortalidad post infarto.
  • HipertensiónAfecta más a los hombres adultos, pero tras la menopausia predomina en las mujeres.
  • Accidentes. Son la tercera causa de muerte en hombres y mujeres de más de 50 años.
  • Problemas ginecológicos y obstétricos: aún hoy alrededor de medio millón de mujeres en el mundo continúan muriendo cada año como consecuencia directa del embarazo y el parto.
  • Otras enfermedades más frecuentes en mujeres son los trastornos músculo-esqueléticos, la artrosis, la obesidad y trastornos de alimentación, la diabetes y los trastornos depresivos.

En cuanto al dolor, parece que las cervicales son el gran punto débil de las mujeres. Según la osteópata Marta Español, la mayor carga emocional de las mujeres se acumula en esta zona: "Están pendientes del hijo, del marido, de la casa... Sufren por todo y en las cervicales se ve claro que llevan la bola del mundo cargada sobre los hombros. Esta tensión cervical es motivo de muchas migrañas y dolores de cabeza".

En los hombres la tensión se refleja sobre todo en la mandíbula. "Yo lo achaco al sentimiento reiterado de 'mordería a mi jefe' pero como no puedo hacerlo aprieto los dientes", comenta Español.

Según esta especialista del aparato locomotor los hombres tienen más tendencia a sufrir problemas de cintura para abajo y las mujeres, de cintura para arriba.

"En los hombres son muy frecuentes las tensiones lumbosacras. Parece como si estuvieran rígidos a este nivel. En parte es por la forma que tienen de demostrar su fuerza ante el mundo", comenta esta osteópata.

Emociones dañinas

La Medicina Tradicional China (MTC) atribuye en parte la mayor frecuencia de infartoen el hombre a su mayor facilidad para entregarse a la ira. La medicina occidental ya ha realizado distintas investigaciones relacionando esta enfermedad con un nivel alto de hostilidad.

Según la MTC, la ira lleva al hígado, la 'madre del corazón', a lanzar un inmenso volumen de sangre hacia ese órgano, que se 'colapsa'. Este estancamiento de la sangre en el corazón también favorece la tendencia a microcoágulos, vasoconstricciones, anginas de pecho e infartos de miocardio.

"El aumento de las enfermedades cardiovasculares que se registra en nuestra sociedad se ve favorecido poruna cultura que obliga al hombre a contener su agresividad a nivel laboral y social", afirma Rafael García Sánchez, experto de FENACO en naturopatía y medicinas china y energética.

Si la ira es la emoción más perniciosa para el hombre, la incapacidad para decidir perjudica a la mujer. Según la medicina china, las enfermedades vinculadas a la vesícula biliar son eminentemente femeninas.

"La vesícula biliar es un órgano vinculado a la decisión y las mujeres, al estar más sometidas cultural y biológicamente debido a la prioridad de proteger a sus hijos, pueden resentirse de ello manifestando problemas en este órgano. Cuando se resignan ante situaciones que prefieren no cambiar pueden aparecer piedras y también más infecciones urinarias, porque el mal funcionamiento de la vesícula repercute en el riñón", asegura García Sánchez.

La influencia del amor y el trabajo en la salud: Compaginar familia y trabajo no es saludable

La vida amorosa y la vida laboral pueden ser dos factores determinantes en el nivel de salud. 

Es un hecho que el hombre tiende a competir más, cuidarse menos y ocultar sus debilidades. Todo eso tiene una base biológica que no puede desdeñarse. No obstante parece también que el hombre es capaz de vivir de una forma más intensa y satisfactoria.

La actual convergencia entre los estilos de vida masculino y femenino está acortando las diferencias de longevidad entre hombres y mujeres, igual que está induciendo a los hombres a descubrir su mundo interior y a las mujeres a desarrollarse profesionalmente, es decir hacia el exterior. 

Según el naturópata Rafael García Sánchez, experto en Medicina Tradicional China, una enfermedad muy frecuente hoy en día en la mujer de 25 a 35 años es la amenorrea (falta de regla).

"Surge del dilema que supone para ella la maternidad ya que ésta puede comportar un despido laboral. Por otra parte el aumento de trastornos de próstata que se registra puede tener relación con una sexualidad limitada e insatisfecha. El instinto primitivo del hombre es la fertilización del mayor número de hembras posible. La imposibilidad de conseguirlo y vivir una sexualidad insatisfecha debilita energéticamente este órgano y origina disfunciones eréctiles, displasias...", asegura este experto.

"Los más afectados por el alcoholismo y el tabaquismo son los parados, los separados y los viudos", asegura Lucía Artazcoz, investigadora del Instituto Municipal de la Salud de Barcelona. La inestabilidad laboral genera mucha ansiedad y depresión.

Por otra parte, los estudios muestran que los efectos positivos del trabajo remunerado sobre la salud se limitan a las mujeres sin hijos que tienen pocas responsabilidades familiares. Algunos estudios han mostrado que las madres ocupadas a tiempo completo tienen peor salud que las que trabajan a tiempo parcial o no están ocupadas.

La mujer sigue luchando por la igualdad, aunque se esté dejando la salud por el camino. En los últimos años las mujeres fuman más, beben más y llevan una vida cada vez menos saludable.

De la misma forma que la inserción de la mujer en el campo laboral la está llevando a abusar más del alcohol y del tabaco, compaginar obligaciones familiares y laborales aumenta notablemente su nivel de estrés.

Un estudio de salud realizado en Cataluña demuestra que la doble jornada laboral a la que se ven sometidas las mujeres implica una merma considerable de su salud, algo que aumenta en las categorías sociales más bajas y que se está produciendo tanto en los mayores como en los jóvenes.

Las mujeres que trabajan y atienden a su familia duermen menos horas y dedican menos tiempo a hacer ejercicio.

También se ha documentado el aspecto positivo del matrimonio o la convivencia estable para el hombre, pero no para la mujer.

Otro estudio del Instituto Municipal de la Salud de Barcelona pone al descubierto que las mujeres de la limpieza son las grandes protectoras del estado de salud de las mujeres de clases superiores. "Las mujeres de la limpieza son el colectivo que registra peores niveles de salud. ¿Estamos protegiendo nuestra salud a costa de este colectivo que no tiene ningún tipo de fuerza a la hora de reivindicar sus derechos?", dice Artazcoz.

Reglas para mejorar tu salud seas hombre o mujer

Para prevenir la enfermedad resulta crucial cambiar las actitudes y hábitos perjudiciales. Para ello hay que invertir tiempo y esfuerzo, pero a la hora de mantener la salud la forma de vivir es tan importante como la herencia genética.

  • Ejercicio regularHacer ejercicio no sólo aumenta la esperanza de vida, sino que mejora la calidad de vida.
  • Dormir bien. Aumenta la esperanza de vida.
  • Escuchar el cuerpoEs crucial aprender a ser más conscientes del cuerpo, atender sus necesidades y avisos a la primera.
  • Autoanálisis. Cuando surge un trastorno, pregúntate: ¿qué ha pasado para llegar aquí?
  • Ser conscientes. Ser más conscientes de las emociones que repercuten sobre el cuerpo evitará somatizaciones.
  • Cuidar la posturaSeguir una mayor higiene postural es importante para prevenir muchos trastornos del sistema musculo-esquelético.
  • Responsabilidad.  Conviene asumir que curar no es sólo una competencia del médico, sino ante todo una responsabilidad del individuo.
  • Disfrutar más. Hacer menos cosas y paladear más las que se hacen es bueno para la salud. La vida no es una carrera contrarreloj.
  • Canalizar la ira. Es importante tomar conciencia de cuáles son los factores de ira y aprender a canalizarla.
  • Compartir. Pedir ayuda e incluso exigir que se compartan las obligaciones domésticas.
  • Mejoras sociales. Organizarse como colectivo para reivindicar necesidades, mejoras y evitar discriminaciones.
  • Chequearse. Aceptar la vulnerabilidad, consultar más y someterse a chequeos médicos de forma periódica.
  • No esconderse. Hay que hacer frente al estrés y a la angustia sin refugiarse en las diversas adicciones.
  • Tóxicos. Disminuir el consumo de alcohol y de tabaco.

Lecturas sobre la salud de ambos sexos

  • Dra. Ch. Northrup, Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer. Ed. Urano.
  • Jed Diamond, La menopausia masculina. Ed. Paidós.
  • Dr. Wha Jun Tze, El cociente de salud. Alianza Ed.
  • Elizabeth Somer, La guía antiedad. Ed. RBA-Integral.